Durante las próximas semanas (aún no sé exactamente hasta cuando) estaré trabajando en Padova, a unos 25 km de Venecia. Eso quiere decir que aprovecharé los próximos post para hacer un recorrido por la región del Véneto. En esta región del Norte de Italia se encuentran, aparte de la propia Venecia, ciudades como Vicenza, Verona, Trieste o Ferrara, con un importante patrimonio histórico-artístico.
La propia ciudad de Padova tuvo un desarrollo cultural, político y religioso particularmente importante durante la Edad Media y el Renacimiento, y cuenta con un conjunto artístico de primer nivel. En la ciudad vivieron figuras de la talla de Giotto, Donatello, Mantegna o Galileo Galilei y durante este periodo se levantaron los edificios que configuraron la estructura urbana, de calles estrechas y porticadas y grandes plazas monumentales, que se conserva hoy en día.
Una de las más antiguas iglesias de Padova es la de Santa Sofía, construida en el estilo románico propio de la región entre los años 1106 y 1127, sobre los restos de templos anteriores que pueden adivinarse en ciertas zonas del edificio.
Vista de la fachada principal de la Iglesia de Santa Sofía
A la fachada principal se accede por una estrecha calle porticada que se abre en una pequeña plaza. La dimensión de la calle implica que esta fachada sea la única que puede verse en su verdadera dimensión. En la misma se adivina la división interior en tres naves, con cubierta inclinada. La importancia de la nave central la resaltan los huecos y hornacinas, tipicos de la arquitectura de la región del Véneto, y el frontón superior.
La fachada presenta una pronunciada inclinación hacia el exterior que, según la documentación histórica existente, se produo durante su construcción a causa de la deformación del estrato de apoyo de la cimentación.
Detalle de la fachada principal. Se aprecia ligeramente el desplome respecto a la vertical (aunque en directo es aún más evidente)
Vista de la nave norte
La estructura está formada por muros y arcos, todos ellos de fábrica cerámica al exterior. Es de suponer que se trata de muros de tres hojas, dos exteriores de fábrica de ladrillo y un relleno interior de cal y canto.
Detalle de la estructura del ábside
Detalle del muro de la nave norte y acceso a la cripta
El interior se divide en tres naves separadas por dos líneas de arcos de medio punto, que se desarrollaron a partir de la parte más antigua de la iglesia: el ábside. En ambas columnatas, apoyadas en grandes pilastras de fábrica, se intercalan dos columnas de piedras con capiteles bizantinos.
Vista de la columnata de la nave norte
En un principio las naves debieron estar cubiertas por una estructura de madera, hasta que en el siglo XIV se construyeron las bóvedas de crucería existentes hoy en día. El mayor peso de las mismas llevó a su vez a ejecutar, posteriormente, un sistema de atirantado de los arcos de medio punto. Este sistema se ha seguido manteniendo y, actualmente, el edificio cuenta con un sistema de instrumentación de movimientos e inclinómetros.
Bóvedas de la nave central
Sistema de atirantado de los arcos formeros de medio punto
* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.