Manolo Valdés y la Plaza Mayor de Salamanca

Hace unos días, buscando fotografías que creía perdidas (y que, en algún caso, siguen perdidas), me encontré con una serie que hice, allá por noviembre de 2008, a la exposición de las monumentales figuras de Manolo Valdés en Salamanca.

Se trataba de un conjunto de dieciséis esculturas de bronce y acero que reinterpretan famosas obras y mitos de todos los tiempos, potenciando la esencia de su significado mediante representación en gran tamaño y eliminando todos los detalles.

Estas grandes esculturas recorrieron varias ciudades durante unos meses y recuerdo haberlas visto en Madrid y en Valladolid, al menos algunas de ellas. Pero tendréis que perdonarme: puede que peque de imparcial, pero en ningún lugar las potente figuración de las esculturas se alió tanto con el entorno como lo hizo en la Plaza Mayor de Salamanca.

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Vista de la colocación de algunas de las figuras en la Plaza Mayor

El primer acierto a la hora de elegir su ubicación fue la escala: el tamaño de las figuras  implica la necesidad de un gran espacio libre para que sea posible la visión de conjunto. Así, la exposición se entiende como un todo, con su propia composición, y a la vez posibilita pequeñas agrupaciones y permite entender cada escultura individualmente.

A pesar de su gran tamaño, las piezas no se imponen sobre el entorno y, simultáneamente, se relacionan con el paseante en un juego de escalas que no intimida, sino que invita a acercarse y tocarlas.

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Lillie (2006)

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Dama de Elche 

Y acercarse a tocarlas implica una relación mucho más cercana, en la que entra el juego el sentido del tacto, basado en la potencia del material utilizado. Se trata de un juego de escalas entre lo grandioso y lo doméstico, lo cercano, lo accesible, y de un juego de contradicciones entre lo mitológico y lo terrenal, lo material. 

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Coloso (2005)

La expresividad del material, el acero y el bronce, se intensifica en relación con el telón de fondo de las formas barrocas de la Plaza Mayor, el color de la piedra de Villamayor y la textura del granito. El espacio se convierte en un salón en el que el visitante tiene al alcance de la mano la sensación de un espacio creado por el hombre con la materia de la tierra: acero, bronce, piedra y luz, esa luz que, en los soleados días de otoño, convierte las fachadas en volumenes con su juego brillos y sombras cambiantes. La escultura dentro de la escultura.

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Reina Mariana (2005)

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Odalisca (2006) 

No me extenderé más. Simplemente os dejo una serie de imágenes que muestran el diálogo entre la obra de arte y la arquitectura (también obra de arte, por supuesto). No he dedicado tiempo a las características arquitectónicas de la Plaza Mayor de Salamanca ni a Alberto de Churriguera, ya que no era el tema del post. Se ha escrito mucho sobre ello, pero si surge la oportunidad, volveré a escribir sobre la Plaza, una de las más imponentes y bellas del mundo (yo diría que la que más… y estoy dispuesto a discutirlo, pero hay que ser diplomático). 

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Irene II (2006)

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Irene II (2006) Detalle

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Ariadna II (2004) Detalle

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

La arquitectura del hierro y la influencia modernista en Salamanca: la Casa Lis

Cuando el visitante piensa en lo que le espera en una ciudad como Salamanca, castellana, de trazado medieval y con un importante desarrollo arquitectónico durante el apogeo del renacimiento y el barroco en España, la imagen que aparece es la de los grandes edificios de piedra, pesados e imperturbables.

Es cierto que la más importante característica del espacio urbano salmantino es la piedra de Villamayor, con su color dorado que imprime carácter a la ciudad. Pensaréis que barro para casa (y en parte es cierto, el terruño tira) pero para mi una de las imágenes más espectaculares que he visto es la Plaza Mayor, prácticamente vacía a primera hora de la mañana, cuando el sol acaba de salir, dorando la piedra y marcando las sombras de la filigrana barroca.

Pero hay vida más allá de la cantería y entre todos los grandes monumentos de la ciudad  también se pueden encontrar pequeñas joyas que se alejan de esa masiva materialidad.

Para comprender el desarrollo arquitectónico de la ciudad de Salamanca a finales del siglo XIX y principios del XX es necesario conocer las condiciones sociales y económicas del momento. En esa época el escaso desarrollo industrial y económico de la ciudad no permitía la existencia de una burguesía consolidada, que fue la artífice de la aparición de los nuevos estilos arquitectónicos.

Durante los años finales del siglo XIX se desarrolló una importante actividad de edificación pública, en su mayor parte en un estilo ecléctico con importantes influencias historicistas, ligada al incipiente desarrollo de la burguesía.

En la misma época, coincidiendo con el desarrollo propio de la revolución industrial, comenzó a utilizarse el hierro como material estructural. En Salamanca, si bien la arquitectura del hierro propiamente dicha no tuvo una presencia importante, los edificios existentes constituyen ejemplos muy interesantes en sus diferentes tipologías.

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Cubierta del Mercado Central de Abastos de Salamanca

Ligados principalmente a la arquitectura civil, responden a las nuevas necesidades de la ciudad: la modificación de la movilidad, con la apertura de la Gran Vía y la conexión con la carretera de Madrid, a través del puente de Enrique Estevan; el desarrollo de las corrientes higienistas de finales del siglo XIX, materializadas en la construcción del Mercado de Abastos;  y el desarrollo económico y progresivo crecimiento de una nueva burguesía, cristalizados en un edificio dedicado al espectáculo, como es la Plaza de Toros “La Glorieta”.También ligado a la arquitectura del hierro se encuentra el que se considera el edificio residencial más importante levantado en Salamanca a principios del siglo XX, ligado a la corriente modernista: la Casa Lis.

Obra de Joaquín de Vargas, se trata del único edificio de la ciudad de Salamanca que puede definirse claramente dentro del estilo modernista, a pesar de las claras influencias eclécticas. Fue construida en varias fases, entre 1890 y 1906.

Se divide en dos zonas claramente diferenciadas: una inferior, en torno al patio central, dedicada a dependencias de servicio, y otra superior, abierta a la gran galería acristalada, en la que sitúan las dependencias familiares.

Como espacio compositivo interior destaca el patio central, transformado de patio de luces en una estancia representativa por su decoración y la utilización de materiales nobles, como el mármol, el hierro o el vidrio. En el edificio original se trataba de un patio abierto y solo posteriormente cerrado por la vidriera en forma de cúpula que existe hoy en día.

Lamentablemente no se pueden hacer fotos en el interior, con excepción de la cafetería, así que no puedo mostraros fotos originales del mismo, pero es casi mejor, porque en la página web del museo (http://www.museocasalis.org) podéis ver gran cantidad de imágenes realmente impresionantes, sobre todo las de la reciente limpieza de la magnífica vidriera que cubre el patio.

El acceso actual al palacio se realiza por la calle Gibraltar, en la fachada norte, a través de un pequeño patio de ingreso.

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Acceso a la Casa Lis desde la calle Gibraltar

En este patio conviven las formas curvas modernistas, tanto en los elementos murales como en la rejería y las carpinterías, y los detalles florales – en planta de acesso – con una geometría mucho más clásica – en plata primera -. La utilización de los materiales y la composición de la fachada dota de unidad al conjunto, que es el principal elemento arquitectónico modernista en la ciudad.

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Detalle de muro de patio y rejería, con la flor de Lis que da nombre al palacio

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Detalle de huecos y carpinterías

La utilización de la piedra de Villamayor, un material fácilmente trabajable, desmiente la teórica sensación de pesadez de la piedra, transformándolo en un material plástico, moldeable.

Al exterior destaca, en su fachada al río, la diferenciación entre la planta baja, pesada y ciega, y la superior, formada por una galería de hierro y vidrio que configura una piel continua con funciones de control térmico y tamizado de la luz del sur.

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Detalle del basamento de la fachada sur

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Detalle de la fachada sur

Su imponente mirador vidriado constituye el elemento principal de la fachada de ciudad al sur, sobre la que se levanta la silueta de las Catedrales. Situada junto al Puente Romano configura una de las principales entradas históricas de la ciudad y conecta el río con el Casco Antiguo, donde se sitúan los grandes edificios religiosos y universitarios.

El basamento masivo forma parte de la línea que ocupaba la antigua muralla, aprovechando el desnivel de la bajada hacia el río, y la estructura de hierro del edificio y la galería acristalada parecen apoyarse sobre la misma, como un elemento ligero que se asoma a la vega del río Tormes.

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Fachada sur, y a espaldas del fotógrafo, el río Tormes y el Puente Romano

La composición se completa con la escalera doble y el aterrazado del patio trasero, de clara influencia clásica, que (a mi personalmente) recuerda a la Villa D’Este, en Tivoli (os dejo el enlace a la wikipedia. Es la página en alemán, pero me interesan, más que el texto, la pintura de la vista de los jardines y el dibujo aéreo. Siempre se puede ir posteriormente a la página en castellano a leerlo).

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Fachada sur

En este post he hablado sólo de la arquitectura del edificio. Si no os atrae sólo eso, el palacio alberga el Museo de Art Nouveau y Art Decó de Salamanca. A mí, personalmente, no me atrae demasiado, y siempre he entrado porque es la forma de pasearse por el edificio (y de pasar a la cafetería, que realmente merece la pena), pero he de reconocer que tiene algunas piezas impresionantes, sobre todo elementos de mobiliario y una colección de figuras crisoelefantinas de bailarinas digna de contemplar.

Si no habéis entrado en la página web que he enlazado más arriba, es el momento de hacerlo, pero no os quedéis en la visita virtual y daos un paseo por allí ¿de acuerdo?

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

** Parte del texto pertenece a un encargo realizado por iniciativa del Ayuntamiento de Salamanca, a través de la sociedad municipal Turismo, Comercio y Promoción Económica de Salamanca, S.A.U. para la edición de material turístico que den a conocer el Conjunto Arquitectónico Modernista existente a los visitantes y a los propios salmantinos.

La Catedral de Salamanca (I). Las bóvedas de la Iglesia Nueva

Como algunos ya sabréis, en este momento estoy desarrollando mi Tesis Doctoral sobre la Catedral de Salamanca y, más en concreto, sobre la estructura de la Iglesia Nueva. Este trabajo me dará la oportunidad, como es lógico, de conocer en profundidad el edificio y durante este tiempo mi intención es publicar algunas entradas sobre el mismo.

Para aquellos que no conozcan la Catedral de Salamanca voy a hacer una pequeña introducción que permita comprender, de forma general al menos, este complejo edificio. El conjunto catedralicio de Salamanca está compuesto por varios edificios entre los que destacan la Iglesia Vieja y la Iglesia Nueva (de forma coloquial se habla de Catedral Vieja y Catedral Nueva, aunque en realidad Catedral sólo hay una que incluye a ambos edificios, por lo que la denominación correcta es la anterior).

La Iglesia Vieja es de estilo románico y se comenzó a construir en torno a 1140 y se finalizó con el levantamiento de su maravilloso cimborrio alrededor de 1220. Sin extendernos mucho, ya que no es el objeto de esta entrada (será interesante planificar una entrada exclusiva para ella más adelante), es obligado describir las características de este edificio: se trata de una iglesia de planta basilical de tres naves, con el crucero muy marcado en origen (perdió uno de sus brazos con la construcción de la Iglesia Nueva y el otro se encuentra semioculto por las edificaciones auxiliares que se levantaron posteriormente) y dos potentes torres a los pies de las naves laterales, con un claro carácter defensivo.

Pero el elemento más característico de la Iglesia Vieja es, como podéis haber intuido, el cimborrio que se levanta sobre el crucero, conocido como la «Torre del Gallo». En esta imagen se puede ver en primer plano, desde una de las torres de los pies de la iglesia, con la Iglesia Nueva detrás.

En el año 1513, tras una serie de discusiones sobre su traza y situación, comenzó la construcción de la Iglesia Nueva, adosada a la fachada norte del edificio existente, decisión ésta que permitió salvar una de las joyas del románico salmantino y disfrutar ahora de un conjunto arquitectónico mucho más rico.

La traza inicial del edificio, que con ligeras diferencias de dimensiones en altura es la que se ejecutó, es la de una Iglesia de tres naves escalonadas y dos líneas de capillas hornacinas entre los contrafuertes de las naves laterales. Es una de las catedrales que, junto a las de Sevilla, Toledo y Segovia, forman el llamado «gótico tardío español», claramente diferente al estilo «gótico francés» con el que fueron construidas otras grandes catedrales en España, como las de Burgos o León, por citar dos de las más cercanas geográficamente.

Hay que tener en cuenta que habían pasado casi cuatro siglos desde la construcción de St. Denis en Francia y que a principios del siglo XVI el nuevo estilo imperante era el renacentista y, particularmente en Salamanca, el plateresco. Este gótico tardío se ha tratado desde entonces como un estilo decadente y anacrónico frente a la vuelta a los cánones clásicos, pero, como veremos, tiene valor en si mismo y por los numerosos detalles renacentistas que dotan al conjunto de un indudable interés.

La obra se desarrolló en dos fases: una entre 1513 y 1560, terminada con el cerramiento temporal de la iglesia en el crucero, y otra entre 1561-1733. Por esta razón no sólo el estilo renacentista influyo en el edificio que podemos ver sino que se pueden observar elementos barrocos y decisiones adoptadas sobre ideas de Juan de Herrera, como la finalización de la cabecera en cuadrado y con dos torres en los ángulos.

Pero en la entrada de hoy me voy a centrar en las bóvedas que cubren esta Iglesia Nueva así que no me extenderé más en estas cuestiones de estilo.

Así pues, se inició la construcción bajo la maestría de Juan Gil de Hontañón, por el muro de los pies, con el levantamiento de los muros y las capillas laterales. Las capillas del lado del Evangelio (o lado Norte) son obra del propio Juan Gil y las de la Epístola (o lado Sur, en contacto con la Iglesia Vieja) son obra de Juan de Álava, aunque siempre bajo la maestría del anterior.

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 Bóveda de la Capilla de Santa Teresa y Santiago (c. 1522), obra de Juan Gil de Hontañón

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 Bóveda de la Capilla de San Lorenzo (c. 1520), obra de Juan de Álava

Las bóvedas de las capillas hornacinas son todas diferentes, aunque siempre se trata de bóvedas estrelladas con varias claves. En todos los casos los nervios ojivos son continuos y la solución se complica con terceletes (nervios que unen las claves secundarias con los apoyos), ligaduras (nervios que unen dos claves marcando el espinazo de las bóvedas) y, en el caso de las bóvedas de Juan de Álava, combados (nervios curvos).

Tras la muerte de Juan Gil de Hontañón, en 1531, y de Juan de Álava, en 1537, tomó el testigo el hijo del primero, Rodrigo Gil de Hontañón (uno de los más importantes arquitectos del momento, que merece mención aparte y del que hablaremos largo y tendido en siguientes entradas). El cerramiento de todas las bóvedas de las naves se realizó bajo su maestría.

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Bóvedas de la Nave Sur (c. 1540), obra de Rodrigo Gil de Hontañón

Las naves laterales están cubiertas por dos tipos de bóvedas intercaladas. En el centro de la fotografía anterior se muestra el primero de ellos, formados por nervios cruceros, terceletes y ligaduras en el esquema habitual de las bóvedas de terceletes, sobre el que se dibuja mediante combados la estrella de cuatro puntas. El segundo tipo, en los lados de la fotografía, pierde las ligaduras y se forma la estrella mediante combados paralelos a partir del cuadrado central.

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Bóvedas de la Nave Central (c. 1550), obra de Rodrigo Gil de Hontañón

Las bóvedas de la nave central presentan todas el mismo esquema de cruceros, terceletes y ligaduras con combados formando un cuadrifolio con un círculo central.

Sobre la estructura formada por los nervios se apoya directamente la plementería, unidos simplemente por cierta cantidad de mortero, formando una cáscara continua de doble curvatura. Se ha comprobado que, tras la ejecución y una vez ha entrado en carga la estructura, es la propia superficie de plementería la que transmite los esfuerzos  a los apoyos y no a los nervios, ya que se han observado zonas en las que los nervios se han deformado de forma independiente sin que esa circunstancia haya afectado a la estabilidad de la superficie de la bóveda.

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Bóvedas de la Nave Central sobre el Altar Mayor(c. 1700), obra de Juan Setién de Güemes

Durante la segunda fase de las obras se decidió, tras una serie de reuniones e informes, continuar la obra con el mismo estilo «a lo moderno» (gótico) y no adoptar el estilo «a lo romano» (renacentista). Por esta razón la mayor parte de las bóvedas de las naves y las capillas hornacinas mantienen el mismo esquema que las levantadas por Rodrigo Gil de Hontañón.

Una de las excepciones es la bóveda de la nave principal sobre la girola, tras el Altar Mayor, obra del entonces maestro director de las obras, Pantaleón del Pontón Setién. La compleja geometría de las nervaduras está dividida en cuadrantes, formando en cada uno de ellos un cuadrifolio con centro en las claves secundarias, a pesar de lo cual mantiene el esquema básico de nervios cruceros, ligaduras y terceletes al que añade cuatro arcos secundarios paralelos a las ligaduras.

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Bóveda de la Nave Central sobre la girola, frente a la capilla del Cristo de las Batallas (c. 1710), obra de Pantaleón del Pontón Setién

La última fase de la fábrica fue la construcción del cimborrio sobre el crucero. En un primer momento se decidió levantarlo mediante bóveda de crucería calada y así lo comenzó Pantaleón del Pontón y lo terminó Joaquín de Churriguera, aunque, según la escasa documentación existente, en estilo barroco propio de la época y de la arquitectura de los Churriguera. En noviembre del año 1755 tuvo lugar el terremoto de Lisboa que, a pesar de la distancia, afectó a la fábrica de la Iglesia Nueva. Entre los daños documentados se encuentran los que sufrió la torre del cimborrio, que finalmente tuvo que ser desmontada en 1757.

Sobre el tambor existente se levantó la actual cúpula semiesférica, obra de Juan de Sagarvinaga, que se cerró en el año 1760 y que hubo de reforzarse pocos años después mediante tres grandes cadenas que, aún hoy, evitan la apertura de la bóveda en la base a causa de empujes horizontales.

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Cúpula del cimborrio sobre el crucero (c. 1760), obra de Juan de Sagarvinaga

 Las obras de rehabilitación y adaptación, que se han realizado en los últimos años y que aún hoy continúan, permiten acceder a prácticamente todos los rincones de este maravilloso conjunto: las dos iglesias, los espacios claustrales, la «Torre Mocha» de la Iglesia Vieja y la «Torre de Campanas», así como la visita de parte de las cubiertas. De esta forma se puede visitar una obra, cuyo proceso de construcción abarcó seis siglos y que es muestra del desarrollo de los estilos arquitectónicos durante los mismos.

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

El vigía de los Campos de Castilla. El Castillo de Mota del Marqués

Viajando hacia el Norte por la autopista A-6, dirección La Coruña, pocos kilómetros después de pasar Tordesillas (Valladolid), el viajero se encontrará con la vigilante mole de la Torre del Castillo de Mota del Marqués. Aunque en ruinas se trata de uno de los elementos emblemáticos de la arquitectura militar de la época en Castilla. Su situación sobre el cerro que domina, al noroeste del núcleo urbano de Mota del Marqués, un vasto territorio de la llanura castellana le permite ver y ser visto, condición indispensable para el control del territorio.

Su fecha de construcción puede situarse en torno al siglo X, como parte de los núcleos de repoblación que en esa época, aunque probablemente se levantase sobre asentamientos mucho más antiguos, de origen romano o vacceo, habituales en los tesos que dominan los amplios espacios de la meseta. Aunque en un inicio se levanto con propósito eminentemente militar, es muy probable que durante su vida útil albergara otros usos, como el de vivienda.

Dos acontecimientos importantes marcaron la historia del castillo(1): por un lado su asalto por parte de los Comuneros, en torno al año 1520, y por otro el ataque de los franceses en 1812 durante la Guerra de la Independencia. Fue durante el primer suceso cuando la torre sufrió graves daños que la hicieron inhabitable, utilizándose parte de su fábrica para obras en la Iglesia de San Salvador (ahora también en estado de ruina), y el segundo el que certificó su caída y expolio. Se tiene noticia de que en el año 1895 el conjunto ya se encontraba en un estado similar al actual.

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Recorrido de acceso al castillo, desde los restos de la iglesia de San Salvador

La construcción existente, de la que sólo se mantiene en pie parte de la torre del homenaje, estaba integrada en un sistema defensivo más amplio, del que aún puede reconocerse el trazado y algunos restos de los muros defensivos.

Se trata de una torre de planta sensiblemente circular, compuesta por muros de carga de más de tres metros de espesor y cubierta por una cúpula semiesférica. Se trata de una estructura poco habitual, el único ejemplo de torre del homenaje cilíndrica en la provincia de Valladolid   y una de las pocas en Castilla (corríjanme si me equivoco, no soy un experto en arquitectura militar).

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Vista general del castillo de Mota del Marqués

El muro está compuesto por tres hojas: dos de mampuesto concertado de unos 30 cm de espesor al interior y al exterior y un núcleo central de relleno de cal y arena con piedra de tamaño muy variado. Se puede observar la existencia de un pasillo en el interior del muro que, se puede presumir, comunicaba distintos niveles a través de los huecos.

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Vista en sección del muro

La mampostería mantiene un buen aspecto y sólo se ha desprendido en aquellos punto donde las filtraciones, a lo largo de los siglos, han disgregado el material de relleno. Así, la desaparición de esta capa se limita a las zonas «débiles» del muro, como son los huecos que han perdido las piezas labradas de dinteles, alféizares y jambas, y las zonas de contacto con el terreno más expuestas a la humedad por capilaridad.

En la imagen siguiente se puede observar la diferencia entre los huecos expuestos y la pequeña ventana superior que mantiene todas sus piezas. De la misma manera, la humedad por capilaridad afecta sobre todo al interior, donde no existe pendiente que permita el desalojo del agua de lluvia, que permanece empapando los escombros del interior (la cota del suelo original se encontraba por debajo y los aliviaderos se encuentran hoy día prácticamente cegados).

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Estado general del paramento exterior y los huecos

La cúpula está acabada en el intradós en continuidad con el muro, es decir, mediante mampostería concertada colocada de forma concéntrica y acabada en una clave. Presenta dos grietas importantes que nacen el los huecos, como hemos dicho antes los puntos más afectados por la pérdida de material, y se desarrollan hacia la clave pero sin llegar a ella. Habitualmente este tipo de fisuras se producen por pequeñas deformaciones en el apoyo, pero dada la masividad de los muros parece poco probable en este caso. En la zona donde aparecen las fisuras existen importantes manchas de humedad y puede verse luz, lo cual indica que se ha perdido el relleno en los riñones. Por tanto, es posible que esa sección se haya deformado de forma diferente al resto (donde sigue existiendo un importante relleno) provocando la aparición de las grietas.

En cualquier caso, la cúpula en el estado actual ha sido estable durante muchos años y puede continuar así si no continua el desgaste a causa de la acción de los elementos.

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Detalle del estado de la cúpula desde el interior

Seguro que muchos lleváis años viendo la silueta de la torre cuando pasáis con el coche. Os aconsejo que la próxima vez, aprovechando la pausa del bocadillo, paréis a visitarla, no tiene pérdida, es siempre hacia arriba. Si el día es claro la vista de los campos de Castilla es increible… dicen que con suerte se puede ver la Sierra de Gredos…

Sólo un par de consejos: el último tramo de la subida, a pie, es corto, pero complicado (o un poco más largo rodeándola), así que yo dejaría los tacones y las bailarinas y, si abajo hace un poco de fresco, abrigaos, porque allí arriba hace mucho viento.

(1) PÁRAMO GARCÍA, Félix. Mota del Marqués: Historia y Vida. Diputación Provincial de Valladolid, Valladolid, 2005.

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

La Iglesia de San Lorenzo en Venecia

Hace un par de meses, durante uno de mis paseos por Venecia, tratando de alejarme del mundanal ruido y de los vendedores de cosas luminosas que vuelan, visité la (ex) Iglesia de San Lorenzo. He de decir que en este caso no fue un descubrimiento fortuito, sino que llegué allí siguiendo los pasos de un interesante post de reharq* que despertó mi curiosidad (¡gracias Libe!).

El edificio que puede visitarse hoy en día es la consecuencia de una serie de transformaciones desde su fundación a principios del siglo IX. La iglesia actual fue construida en el siglo XVI con proyecto de Simone Sorella. En cualquiera de las páginas enlazadas podéis encontrar una pequeña historia de la iglesia, incluida la mención a la tumba de Marco Polo. Dejaré que, si tenéis curiosidad, visitéis esas páginas y no me extenderé en ello.

Como se puede observar en las fotografías siguientes nunca se llegó a finalizar la ejecución, al menos en las fachadas, ejecutadas mediante fábrica de ladrillo pero sin la colocación del acabado final de mármol. Aunque más adelante volveremos al tema de la Bienal, en la página del Pabellón de México (función actual de la ex-iglesia) se puede ver un interesante plano del alzado tal y como se proyectó, con un claro estilo Palladiano.

Es evidente que, de haberse finalizado, la imagen actual sería mucho más imponente, pero es muy interesante poder ver el proceso constructivo que utilizaban y lo que se encuentra bajo la «piel» de obras tan imponentes como puede ser la Basílica de Santa María de la Salud, esta sí, obra de Andrea Palladio (y también en Venecia, a la que puede llegar con un paseo de 10 minutos y un viajecillo en vaporetto).

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Fachada principal y Campo de San Lorenzo

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Detalle de la fachada de fábrica de ladrillo

La configuración del edificio es muy poco usual en edificios religiosos, aunque posiblemente responda a las peculiaridades de su uso, ya que durante mucho tiempo fue un convento y compartía culto con el público. La planta tiene forma cuadrada y está dividida en dos rectángulos de diferente dimensión, separados por muros y rejería.

El altar es una gran pieza escultórica, en forma de arco triunfal, obra de Gerolamo Campagna. Está situado en el centro y ejecutado en materiales y colores diferentes al resto del interior, de forma que domina todo el espacio y puede dar servicio a ambas naves.

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Altar y elementos de separación

Así se forman dos grandes espacios diáfanos, sin elementos de sustentación y de gran altura, conectados visualmente entre si por su parte superior y con un único punto focal, el altar mayor. Se cubren ambas naves con bóvedas de cañón rebajado que permiten la apertura de grandes huecos semicirculares que bañan de luz el interior.

El acabado original en revoco blanco que, aunque muy dañado, aún se puede observar en gran parte de las superficies, junto con los grandes huecos superiores, dotan al edificio de una gran luminosidad, aún en las condiciones en las que se encuentra actualmente.

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Vista de la nave frontal y de los elementos de separación espacial

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Vista de las bóvedas de la nave nave posterior y de los elementos de rejería existentes

En el momento de la visita se estaban desarrollando los trabajos de rehabilitación, principalmente en cimentación, suelos y pavimentos. Si bien se observan algunas fisuras en los muros, principalmente asociadas a los huecos, no parece que exista un problema estructural, a pesar de los años de abandono. Los elementos afectados por desprendimientos y manchas son principalmente los acabados y, por lo tanto, la actuación será superficial. Durante el trabajo de documentación para redactar esta entrada he encontrado unas imágenes del Proyecto de Rehabilitación para convertirla en espacio expositivo. No sé si será el que se ejecutará o alguna imagen de concurso, pero en todo caso es interesante ver como podría quedar.

Como apunta el post de reharq* que ya mencioné, se cedió la ex-iglesia a México para que la utilizara como sede nacional para las diferentes bienales que tendrán lugar en Venecia hasta el año 2022, a cambio de que se hicieran cargo de la restauración y del mantenimiento. Parece que, a pesar de las dificultades, los trabajos continúan. Esperemos que siga así y, a ser posible, que los trabajos de restauración no duren 9 años más.

Durante la Bienal de Arte del año 2013 el pabellón de México ya se encontraba en el interior de la nave. Formado por una ligera estructura de madera en la que se sitúa el verdadero objeto de la exposición: el CORDIOX, de Ariel Guzik

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Instalación del Cordiox

Se trata de una compleja máquina formada por un cilindro de cuarzo y una serie de cuerdas tensadas que transmiten cualquier vibración ambiental, por sutil, que sea, al cilindro de resonancia. Si queréis saber más sobre el sistema, os recomiendo visitar su página web en la cual se explica mucho mejor de lo que puedo hacerlo yo. La instalación de un sistema que explora las cualidades musicales de la arquitectura enlaza con el pasado del edificio, en el cual se dice que, por su excelente acústica, Vivaldi ensayó algunas de sus obras.

Ante la cuestión que plantea el post de reharq*, sobre la necesidad de restaurar todo, yo creo que no todo debe ser restaurado o rehabilitado. Dependerá de su valor arquitectónico, artístico, cultural, histórico, etc. Aunque todo esto, y como actuar en el patrimonio, darían para varios post (ummmm…).

En este caso concreto creo que la recuperación del edificio es muy importante, por la historia que hay detrás, por sus peculiaridades arquitectónicas y, sobre todo, por ser un magnífico espacio que, estoy seguro, puede aportar mucho a un sinfín de nuevas actividades.

— Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Cuatro iglesias históricas de Verona

Todo aquel que haya visitado cualquier ciudad italiana sabe que, vaya por donde vaya, se encontrará una iglesia, una catedral, un baptisterio o un campanile… o todo a la vez. A los españoles esto no nos sorprende, ya que estamos acostumbrados a ver iglesias en nuestras ciudades, y todos los pueblos, por pequeños que sean, tienen su iglesia, más o menos rica, más o menos bien conservada y más o menos grande (aunque lo habitual es que dentro quepa toda la población del municipio y sobre espacio).

Verona no es una excepción, por supuesto. La importancia de esta ciudad a partir de la época romana ha permitido la edificación continuada de todo tipo de templos (cristianos, a partir de la cristianización del Imperio Romano) y de los edificios anexos, por lo que la ciudad está plagada de edificios religiosos.

Con el fin de mantener y divulgar este patrimonio se creó la Associazione Chiese Vive, que propone un recorrido por las cuatro «Iglesias Históricas» de Verona. Por módico precio (6 € por la entrada en las cuatro me parece módico de verdad, sobre todo si se emplea en su restauración, mantenimiento y divulgación) es posible hacer un recorrido por siglos de arquitectura véneta. Y es que la historia de los cuatro edificios es la historia del desarrollo de la arquitectura religiosa desde los primeros templos paleocristianos hasta nuestros días.

Como podréis comprender, mi fuente de información sobre los acontecimientos históricos que originaron su construcción y todos lo avatares posteriores ha sido la documentación que la Associazione Chiese Vive pone al alcance del público. No pretende este post ser el resultado de un estudio en profundidad de cada uno de ellos, ya que muchos anteriormente lo han hecho, seguramente mejor de lo que lo podría hacer yo. Se trata simplemente de continuar con la labor de divulgación de esta Asociación, ya que entiendo que es un ejercicio que se debería hacer con todo el Patrimonio, de cualquier lugar del mundo, para despertar la inquietud, el interés o el amor incondicional por el Patrimonio Mundial, que es el de todos (Tranquilidad, cuando tenga oportunidad continuaré haciéndolo con el patrimonio español, igual que espero que algún italiano esté escribiendo un blog similar a éste sobre España).

Para entender los edificios en algunos casos no es suficiente con las fotos incluidas: el espacio es limitado y este no es un blog (sólo) de fotografía. Os recomiendo que paralelamente a la lectura visitéis mi albúm en Flickr, al que podéis acceder desde la columna de la derecha.

Comenzaremos el recorrido por la Basílica de San Zeno, cuyo origen se remonta al enterramiento paleocritiano de San Zeno, obispo de Verona a mediados del siglo IV. Diversos sucesos modificaron la estructura y la composición del conjunto hasta el levantamiento de la Basílica con la estructura actual a finales del siglo XI y durante todo el siglo XII.

El edificio tiene planta basilical de tres naves, que se muestran claramente en la armoniosa composición de la fachada, cuyos elementos más importantes son el pórtico, muy característico de la región del Véneto, y el gran rosetón central, de clara influencia gótica, ejecutado con posterioridad al conjunto de la Basílica y que supuso el levantamiento de la nave central.

El claustro adosado al templo es uno de los pocos restos, junto con la torre de la Abadía, del pasado monástico del conjunto.

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Basilica de San Zeno. Claustro

En la gran nave central destaca el orden alternado de estilizadas columnas y grandes pilastras compuestas sobre las que descargan los altos muros de la nave central y la magnífica cubierta artesonada de madera. Al fondo, rompiendo la caja que forma la canónica planta basilical, se levantó a finales del siglo XIV la Capilla Mayor, cubierta por bóvedas nervadas góticas profusamente decoradas, como es habitual en el gótico italiano al contrario que en el resto de Europa.

En el retablo se encuentra la Majestuosidad de la Virgen, de Andrea Mategna, una de las obras maestras de la pintura renacentista del noreste de Italia.

La iglesia cuenta con tres niveles: el nivel de acceso, que ocupa gran parte de las naves, el nivel superior, reservado en su día a la nobleza y el clero, y la cripta. Esta última data del siglo X y está levantada con elementos recuperados de edificios anteriores.

Tanto el interior como el exterior del edificio destacan por la sobriedad de sus formas, pero la utilización de los diferentes tipos de piedra y fábrica y el colorido aportado por la decoración,  aumentan la sensación de ligereza ya presente por la altura y la iluminación, más propias del gótico que del románico. Es de suponer que en un principio la iglesia fue bastante más oscura y que las modificaciones llevadas a cabo en los siglos XIII y XIV son las que la han dotado de su actual presencia, sobre el trazado basilical original.

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Basilica de San Zeno. Nave central

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Basilica de San Zeno. Bóveda sobre el Altar Mayor

Al igual que la Basílica de San Zeno, la Catedral de Santa María Matricolare se levanta sobre el emplazamiento de previo de lugares de culto romanos y paleocristianos. En realidad, podemos hablar de un auténtico conjunto catedralicio que incluye también a la Iglesia de San Giovanni in Fonte (el Baptisterio), la Iglesia de Santa Elena, el claustro de los Canónigos y la Biblioteca Capitular. La Catedral adquirió su configuración actual, de planta basilical con un gran ábside en cabecera, tras el terremoto de 1117.

Las tres naves que la forman están cubiertas por bóvedas de crucería sencilla. En la nave central, los arcos perpiaños ligeramente apuntados y la planta sensiblemente cuadrada de los tramos indican que los arcos diagonales deben tener una geometría muy cercana a la semicircunferencia. En el caso de las naves laterales, de gran altura, los tramos son claramente rectangulares, lo que explica la pronunciada forma apuntada de los perpiaños.

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Duomo de Verona. Nave principal

La profusa decoración interior data de los siglos XV y XVI, así como la construcción de las dos grandes capillas laterales, cubiertas ambas por cúpulas de planta oval sobre pechinas, adaptándose a la planta rectangular, propias de la arquitectura barroca de esa época.

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 Duomo de Verona. Cúpula barroca sobre la Capilla de la Virgen del Pueblo.

Del resto de los edificios que componen el conjunto merece una mención el Baptisterio de San Giovanni in Fonte. Construido a principios del siglo XII, está formado por tres sencillas naves separadas por sencillos arcos de medio punto y cubiertas por armaduras de madera. Como elemento estructural destaca la perfecta bóveda de fábrica del ábside, por su geometría y por la materialidad que le otorgan las hiladas de ladrillo que la forman.

En el centro de la nave principal se encuentra la gran pila bautismal, de forma octogonal y tallada en un solo bloque de mármol. Una joya de la escultura románica.

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Duomo de Verona. Interior del Baptisterio

La Iglesia de Santa Anastasia, como no podía ser de otra manera, se levanta sobre dos templos anteriores, uno dedicado también a Santa Anastasia y otro a San Remigio. Se trata de la Iglesia más grande Verona, comenzada a construir en la última década del siglo XIII y cuyas obras se prolongaron durante aproximadamente dos siglos, a pesar de lo cual nunca se finalizó, ya que la fachada permanece incompleta.

Se trata de un magnífico ejemplo del gótico italiano. Sus tres grandes naves están cubiertas por bóvedas de crucería atirantadas con los paños de plementería decorados con pinturas, sobre los que se marcan los nervios. De la misma manera los arcos perpiaños y formeros se encuentran decorados tanto en los alzados como en el intradós.

Este sistema de cobertura se apoya sobre grandes columnas lisas de marmol rojo, de forma que se asemeja a la bóveda de un bosque sobre los estilizados fustes de los árboles.

La iglesia cuenta con una importante colección de obras de arte, entre las que destaca el fresco San Jorge  y la Princesa, obra maestra de Pisanello.

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Iglesia de Santa Anastasia. Nave central

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Iglesia de Santa Anastasia. Bóveda sobre el crucero

A orillas del rio Adige se encuentra la Iglesia de San Fermo. La peculiaridad de este edificio es que, en realidad, contiene dos iglesias de estilo románico: la inferior, para la conservación de las reliquias de San Fermo y San Rústico, y la superior, para el culto y celebraciones habituales. Fueron levantadas entre los años 1065 y 1143, y la superior, que se puede visitar actualmente, se  reedificó a mediados del siglo XIII sobre los restos de la anterior.

Así, los absides laterales son románicos, restos probablemente de la primera iglesia, y el ábside central es gótico. Por su parte, el interior de la Iglesia superior se ha reformado con el paso del tiempo, añadiendo altares y capillas funerarias, en su mayor parte de estilo renacentista.

La continua sucesión de intervenciones y la demora en el tiempo de su construcción se refleja en la variación de los materiales empleados, muchos de ellos reutilizados.

Las bóvedas de los ábsides y las capillas laterales están decoradas con frescos, la mayor parte de ellos del siglo XIV con motivos típicos de la orden franciscana, que en esa época habitaba el monasterio al que pertenecía la iglesia. La cubierta de la única nave que forma la iglesia es un complicado artesonado de madera que forma una bóveda atirantada.

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Iglesia de San Fermo. Fachada

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Iglesia de San Fermo. Bóvedas sobre el ábside lateral

Estos cuatro grandes edificios forman un recorrido completo sobre la historia de la construcción religiosa de la ciudad de Verona, con los propias características dentro de la región del Véneto. Se trata de un conjunto muy heterogéneo, debido sobre todo al desarrollo de las construcciones durante largos periodos de tiempo, y entendidas como conjuntos y no como edificios individuales.

En todos los casos se puede observar una superposición de estilos que, si bien puede resultar extraña en algunos casos, forma conjuntos armónicos y bien solucionados (en casi todos los casos, aunque no todos). La idea de la convivencia de los estilos, aceptada con naturalidad cuando se trata de edificios históricos, se convierte en un tema complejo cuando se incluye la arquitectura contemporánea. Pero creo que no es el momento de desarrollarla, será objeto de otro post en el que comentaremos ejemplos de todas las épocas.

Si tenéis tiempo os aconsejo que, con las imagenes en la cabeza, visitéis algunas de las iglesias que, con toda seguridad, tenéis cerca. Os daréis cuente de las grandes diferencias que, sobre las mismas bases estilísticas, existen entre diferentes países (y entre regiones, por supuesto).

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Carlo Scarpa y el museo de Castelvecchio (Verona)

Continuando con el «percorso» por el noreste italiano, no podía faltar la visita a Verona. Se trata de una de las ciudades más prósperas de Italia y, al mismo tiempo y como no podía ser de otra manera, cuenta con un patrimonio  historico importantísimo.

Hoy no voy a contar nada sobre los edificios de época romana, como la Arena, sobre las grandes iglesias de todos los estilos, los palacios ni, por supuesto, la casa de Giulietta. Hoy nos vamos a un museo…

El ejemplo más importante de la arquitectura civil de Verona es el Castelvecchio (Viejo Castillo), construido a mediados del siglo XIV. El edificio por si mismo es digno de una visita, de un paseo por el patio de armas, las torres o las murallas, pero la sorpresa se encuentra en el interior. Dos de las alas del castillo se encuentran ocupadas por el Museo Cívico de Arte.

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¿Y vamos a pagar por entrar en un museo con todo lo que hay que ver? Pues si, y no te vas a arrepentir.

En el interior se encuentran importantes obras de artistas como Pisanello, Bellini o Tintoretto pero, a decir verdad, en las dos ocasiones en que lo he visitado apenas me he fijado en el contenido. Éste ha sido ampliamente superado por el continente.

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La rehabilitación de las alas del castillo y del patio para acoger el museo se desarrolló durante más 15 años, desde 1957 hasta 1974, aunque la apertura del museo fue anterior. El encargado del diseño y de la redacción de los  proyectos fue el arquitecto veneciano Carlo Scarpa (1906-1978).

Se trata de una actuación en un edificio que, a partir de su origen medieval, ha tenido una historia compleja que poco a poco lo ha transformado en lo que actualmente es. En este enlace encontraréis un interesantísimo artículo (en inglés) que narra el desarrollo del edificio y su influencia en la rehabilitación llevada a cabo por Scarpa.

La lectura de la historia le da un sentido especial a la posterior lectura del edificio. Es una pena que no se explique antes de entrar a visitarlo.

La rehabilitación llevada a cabo parte del respeto inicial por lo existente. Los nuevos elementos que forman la obra conviven con los antiguos pero, en apariencia, sin llegar a modificarlos: los pavimentos modernos y los falsos techos no tocan los muros, las carpinterías se deslizan sobre ellos, las escaleras parecen flotar.

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Incluso las obras se colocan sobre elementos modernos que las separan de los paramentos, consiguiendo magnificar su presencia.

Todos los elementos presentes forman parte del proyecto inicial. Marcos, pedestales, caballetes o mesas fueron diseñados específicamente para cada obra y forman parte del conjunto arquitectónico.

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Este efecto lo utiliza en dos sentidos: la separación de los elementos parte del respeto por lo antiguo y la voluntad de ponerlo en valor, pero simultáneamente logra que los elementos modernos cobren una especial importancia. Y lo alcanza a partir la materialidad y de la atención al detalle.

Partiendo de una obra de fábrica cerámica y madera, utiliza elementos específicos de acero, hormigón y vidrio para enfatizar o esconder los elementos que desea. Se trata de una actuación dirigida y premeditada.

Por ejemplo, en la foto siguiente, la potente carpintería de acero no hace otra cosa que revelar la existencia de un acceso que, de otra forma, habría pasado por un simple arco de medio punto.

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De la misma manera, utiliza las texturas y el color para diferenciar los recorridos de lo existente. Las losas de hormigón parecen ligeras al flotar separadas de los muros fábrica y la línea de las carpinterías de acero negro enmarca los elementos sobre los paramentos.

La atención por los detalles, la sutileza de la composición y la utilización de la luz y la importancia de la elección de los materiales indican la influencia de la cultura japonesa, así como de la arquitectura de Frank Lloyd Wright.

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Pero esta actitud de respeto esconde la verdadera realidad del edificio existente antes de esta rehabilitación. A principios de siglo ciertas actuaciones incluyeron elementos que nunca pertenecieron a la historia del edificio, en una restauración que, en base a las actuales ideas, es cuanto menos discutible. Por ejemplo, los grandes arcos góticos de las fachadas no pertenecieron nunca al castillo, sino que fueron tomados de un edificio cercano.

En lugar de eliminar estos elementos, superpone al interior la potente carpintería de acero, separada, que se convierte en la más importante. A partir de esta idea (y de las palabras del propio Scarpa) se puede entender que la superposición de elementos también busca, intencionadamente, la puesta en valor de la propia obra.

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Mención especial merece el diseño del patio que separa las galerías del museo. La definición de los recorridos, mediante plataformas, balcones y pasarelas es una obra maestra del diseño, con una especial atención a la utilización de los materiales, al detalle de los encuentros, a la luz y la perspectiva.

A partir de un simple patio rectangular compone una estructura tridimensional de recorridos complejos y de visuales, dominados siempre por la estatua ecuestre de Cangrande della Scala, un prohombre de la sociedad Veronesa.

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Es realmente complicado recoger en fotografías la complejidad de este espacio, pero espero que se comprenda. Si queréis ver más imágenes visitad mi álbum flirck, y si tenéis cualquier duda o comentario, estoy a vuestra disposición.

Los cientos de dibujos que acompañaron todo el proceso son una documentación de gran valor para comprender el proceso de diseño de todos y cada uno de los elementos que componen el edificio. Algunos de ellos podéis verlos en esta página web.

Este es uno de los edificios que más me han impresionado al visitarlo, a pesar de que ya lo conocía por fotografías. Espero que os haya gustado y que, si pasáis por esta zona de Italia, no os vayáis sin visitarlo. Después podéis ir a tocarle el pecho a la estatua de la casa de Giulietta, pero ya no os importará tanto…

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Venecia: Sobre puertas y ventanas

Cuando se recorre una ciudad como Venecia una de las primeras cosas que llama la atención es la ausencia de tráfico. Aunque se puede decir que sí hay, ya que la gente se desplaza en barcas a motor, la sensación de ruido y de velocidad es prácticamente nula y, de haberla, sólo existe en los canales más grandes.

Una vez comienzas a callejear todo eso desaparece y la relación del caminante con la ciudad cambia. Venecia es una ciudad a escala del hombre, no de la máquina, y la relación de los edificios, las casas y los palacios, es una relación tan cercana que pasa de la vista al tacto.

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Esta relación del interior con el exterior se realiza a través de las fachadas y de sus huecos, de los materiales y de la composición. Y también de los carteles y las pintadas.

Hoy os dejo una serie de imagenes que ilustran esta conexión entre lo privado y lo público.

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Al observar estos huecos hay que tener en cuenta la relación de amor-odio que existe en Venecia entre el interior y la calle. Si os fijáis la mayor parte de los huecos son opacos, o están cerrados. Debe ser bastante complicado vivir en un lugar en el que los huecos están tan cerca de la calle, una calle llena siempre de desconocidos.

La ciudad se desarrolló en un contexto en el que la vida vecinal en la calle era la forma de relación más habitual y, tal y como la conocemos hoy, los espacios siguen siendo los mismos, pero las relaciones sociales no. Se podría decir que prácticamenta han desaparecido.

Probablemente parte del encanto de estas calles laberínticas es precisamente la sensación de encontrarse en un lugar que no es el tuyo, sino el de los vecinos que un dia vivieron en ellas, de ser un intruso.

Poco ha poco Venecia ha ido cambiando y, del escenario de la vida de sus habitantes, se ha convertido solo en eso, un escenario, un decorado para los miles de turistas que la visitan (la visitamos) todos los días.

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Cuando paseas por estas calles estrechas los materiales que componen las fachadas están al alcance de la mano. La percepción de las fachadas ya no sólo llega a través de la vista, sino que el tacto cobra protagonismo.

Es una lástima que en las fotografías el sentido del tacto no sirva de nada. Aún así se ha intentado que la textura y el color den una idea de la realidad.

La degradación de las fachadas nos permite conocer la realidad de lo construido y, en algunos casos, del desarrollo de los edificios a lo largo del tiempo. Como ejemplo, en la fotografía siguiente se muestra un hueco adintelado, pero el desconchón permite intuir la existencia previa de un arco de fábrica que anteriormente formaba el hueco.

 

Como ya apuntaba en el blog anterior, el estado de degradación de las fachadas es generalizado. Es seguro que se debe a un ambiente altamente agresivo, principalmente por causa de la humedad, pero en muchos casos da la sensación de que es, si no voluntario, sí permitido y aceptado por todos como parte del decorado.

Esa sensación de ciudad antigua, decadente, aporta a Venecia gran parte de su encanto. Hablamos de la poética de la ruina, del implacable paso del tiempo y de su acción sobre las obras del hombre. Hablamos de Romanticismo.

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* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Venecia: Un paseo entre canales

Como muchos ya sabréis, por motivos de trabajo estoy pasando una temporada en el Véneto. Tengo la suerte de estar a una media hora en tren de «La Serenissima» y esa es la razón por la que varios de mis próximas entradas del blog estarán dedicadas a ella.

Venecia es, en muchos aspectos, una ciudad única. Muchas ciudades en el mundo tienen una red de canales, en algún caso incluso más extensa, pero ninguna de ellas le ha sacado el partido que han conseguido sacarle los italianos a esta ciudad. En los próximos posts trataré de «desenmascararla», de saber qué la ha convertido en lo que hoy puede visitarse.

La imagen que (casi) todo el mundo tiene es la de la Plaza de San Marcos y el Gran Canal, pero creo que los mayores atractivos de Venecia no son esos. Al menos no lo son para mi, aunque por lo visto miles de personas de todo el mundo no están de acuerdo conmigo. Es en estos lugares donde la ciudad deja de ser «Serenissima» para convertirse en un parque de atracciones, con sus multitudes, sus colas, sus guías turísticos, sus puestos de máscaras de plástico y sus pakistaníes vendiéndote flores (que para eso es la ciudad de los enamorados).

Un apunte: si algún lector está pensando en un viaje romántico con su pareja, que no elija Venecia, porque pasará unas vacaciones estupendas con su pareja… y con un señor alemán de metro noventa, una excursión de jubiladas francesas que bajan de un crucero y los amigos pakistaníes.

Hoy os propongo un paseo por el Sestriere de Santa Croce, que no se encuentra dentro de la zona más turística (aunque, por supuesto, siempre hay despistados) pero que, como veréis merece la pena conocer.

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En toda la ciudad la red de canales se intercala con una red de calles, todas peatonales por supuesto, y plazas. El escaso espacio existente para construir implica que tanto las calles como los canales son, en general, muy estrechos y los edificios, en comparación con ellos, bastante altos

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Los muros de fachada de muchos edificios son los que forman los propios canales. Esto explica, en gran parte, el estado en el que se encuentran los paramentos, sobre todo en las zonas en contacto con el agua.

La inmensa mayoría de los edificios son de ladrillo revestido. Como es lógico la humedad degrada los materiales a mayor velocidad que en otras ciudades donde las condiciones no son tan agresivas. A pesar de todo, da la sensación de que muchas zonas el mantenimiento se ha dado por perdido… o quizá se mantiene así a propósito, en un intento de mantener esa imagen decadente de la ciudad que (no vamos a negarlo) tiene mucho encanto.

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Se  trata de una ciudad muy complicada para desplazarse, imposible para personas con movilidad reducida. Como es lógico, no hay pendientes, pero todos los puentes tienen escaleras.

Y desplazarse sin un buen plano es una aventura: calles con curva, pasadizos, calles que sólo son canales y otras que terminan en patios traseros sin salida.

Pero eso no es problema, porque en realidad el encanto de Venecia está en perderse por sus calles estrechas. Si alguien no me ha hecho caso y finalmente hace un viaje romántico, cuando vea en las paredes flechas que le indican «San Marco» o «Rialto» que no las siga… allí les está esperando un crucero entero de japoneses.

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En los próximos días iré contando más cosas, no quiero escribir posts demasiado largos, no se trata de eso, sólo de hacer pequeños apuntes de viaje.

Si queréis ver más fotos las iré colgando poco a poco en Flirck.

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Basílica Palladiana. Vicenza (Italia)

Se podría decir que el edificio más imponente de la ciudad de Vicenza y el que mejor define la arquitectura urbana de Andrea Palladio es el Palazzo della Ragione. El proyecto y la construcción supusieron su reconocimiento como uno de los más importantes arquitectos de la época y el nacimiento de un nuevo estilo de arquitectura: la Arquitectura Palladiana. 

Mi interés por esta magnífica obra fue muy temprano: allá por el año 1996 decidí incluir una vista de la Basílica en el ejercicio final de curso de la asignatura Análisis de Formas I, en mi primer año en la Escuela de Arquitectura (he de decir que aprobé, lo cual no era tan fácil como puede parece).  La perspectiva era muy similar a la fotografía siguiente, aunque simétrica y sin el campanile, que no pertenece al proyecto de Palladio.

Basílica Palladiana - Fachada NorteLogia de la Basílica Palladiana. Fachada Norte.

A finales del siglo XV se levantó una logia doble circundando el antiguo Palazzo della Ragione. Pocos años después de la finalización de las obras colapsó parte de la construcción y, durante los siguientes 50 años, se debatió sobre la reconstrucción y se presentaron varios proyectos por parte de importantes arquitectos de la región. Finalmente se aprobó el proyecto de Palladio que, en aquel momento, solo era un joven arquitecto local.

Basílica Palladiana - Logia OesteLogia de la Basílica Palladiana. Fachada Norte.

La logia se compone de dos órdenes que circundan por completo el antiguo edificio. Se trata de una estructura en serie formada por tramos de arcos de medio punto, sustentados por columnas, flanqueados por huecos adintelados. Los arcos son todos iguales mientras que los huecos varían en dimensión, de forma que el conjunto se adapta a los huecos preexistentes pero apenas se hace perceptible en el conjunto.

P1040943Detalle de las arcadas

Se trata de una de las obras más importantes del Cinquecento en la región, tanto por su carácter artístico como por su volumen y coste. Las arcadas se ejecutaron completamente en piedra, cuando en la arquitectura de Palladio el material estructural principal es la fábrica de ladrillo, revestida en las fachadas principales por placas de piedra o morteros.

P1040964Detalle interior de las arcadas. Planta baja

El interior de la logia se distribuye y utiliza de forma que se asemeja a un conjunto de calles, donde los negocios y la vida de la ciudad se desarrollan con total normalidad. El edificio no es un  elemento sobre la ciudad, sino que se abre y permite que la ciudad se introduzca en él.

Basilica Palladiana. Calle interior transversalCalle interior transversal

Basílica Palladiana. Interior de la logia en la fachada surInterior de la logia en la fachada sur

Los espacios interiores están cubiertos por bóvedas de arista de fábrica de ladrillo, en contraste con la piedra de la fachada exterior. Se trata de un material mucho más económico y muy utilizado en la región. Por otro lado, la utilización de estas pequeñas piezas permite la adaptación de las bóvedas a las diferencias de longitud entre los tramos.

Basílica Palladiana. Escalera a la logia superior.Escalera a la logia superior.

Andrea Palladio trató de poner en valor la arquitectura clásica romana. Así, él mismo llamó «Basílica» al Palazzo della Ragione en reconocimiento a la basílica romana, donde se trataban asuntos de estado y de negocios.

La misma utilización de los órdenes clásicos al exterior y las bóvedas de ladrillo tienen su origen en los grandes edificios romanos (p. ej. la Basílica de Majencio o las Termas de Caracalla, en Roma)

Basílica Palladiana. Logia Superior. DetalleLogia superior. Detalle del encuentro con el edificio preexistente

Basílica Palladiana. Detalle del acceso al campanileLogia superior. Detalle del acceso al campanile

Años después de haber dibujado este edificio tuve la oportunidad de visitarlo (ésta es la segunda vez, y probablemente no será la última) en mis últimos años de carrera. Ya no era aquel chaval de 18 años que apenas sabía lo que estaba dibujando, pero ver en vivo una obra como ésta, que fue uno de mis primeros acercamientos a la Arquitectura (con mayúscula), fue uno de los mejores momentos de mi vida (como arquitecto, claro).

«Si no puedo dibujarlo, es que no lo entiendo» (At. Albert Einstein)

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.