Las bóvedas de la Iglesia de San Martín de Mota del Marqués (Valladolid)

Las oportunidades de acceder a las bóvedas de una iglesia hasta poder tocarlas son verdaderamente escasas, y hay que aprovecharlas dentro de lo posible. Éste es el caso de la Iglesia de San Martín de Mota del Marqués, en la provincia de Valladolid, cuyas obras de rehabilitación permiten el acceso rápido, cómodo y seguro a unos elementos que, de otra manera, sólo pueden verse desde el suelo, a unos 15 metros de distancia.

El objetivo de este post no es realizar un análisis en profundidad del edificio y de su estructura, trabajo que pretendemos realizar más adelante, sino mostrar una serie de imágenes que de otra manera es imposible obtener. Por supuesto, estas imágenes dan mucha información sobre los procesos constructivos desarrollados por los maestros canteros y sobre el funcionamiento estructural de las bóvedas, pero eso formará parte de un trabajo más profundo y amplio.

La Iglesia de San Martín es obra, en su práctica totalidad, de Rodrigo Gil de Hontañón, tanto en su proyecto como en la dirección de las obras, entre 1540 y 1558.

DSC_0007Vista de las naves desde el presbiterio (Fotografía de Clara I. Justo Alonso)

DSC_0011Vista de las bóvedas del presbiterio y el ábside poligonal (Fotografía de Clara I. Justo Alonso)

DSC_0010Vista de la bóveda central del tercer tramo (Fotografía de Clara I. Justo Alonso)

Se trata de una iglesia salón de tres naves con tres tramos cada una, y cabecera poligonal. Todos los tramos se cubren mediante bóvedas de crucería con terceletes y combados. En los tramos de la nave central, que en planta forman cuadrados de aproximadamente 8 metros de lado, se reproduce un dibujo de crucerías con cuatro lóbulos apuntados hacia los arcos formaros y perpiaños y dos cuadrados tangentes, el exterior ligeramente deformado para formar una estrella. Las fotografías de detalle pertenecen al tercer tramo de la nave central y a las bóveda que cubre el ábside y el presbiterio.

Así, la tracería de la bóveda y los consecuentes encuentros de los nervios dan lugar a la aparición de 17 claves en los mismos, con una decoración de gran colorido, divida en varios grupos temáticos según su ubicación.

IMG_1006r2Detalle de la clave central de bóveda. Tercer tramo de la nave principal

IMG_1128grDetalle de la clave central de la bóveda del ábside (Se ha girado la fotografía para facilitar la lectura de los textos)

En la clave central se muestra un escudo sujetado por dos querubines. En él se distingue un castillo de tres torres, rodeado por cinco flores de lis y bajo el que surge una hidra de siete cabezas, y sobre el conjunto una sencilla cruz griega. En la clave principal del tramo recto correspondiente al presbiterio, previo la bóveda del ábside, se repite el mismo escudo, con un nivel de acabados sensiblemente mayor, ya que se trata de la clave que se encuentra directamente sobre el altar, y con dos inscripciones en latín: POSUIDEUM PROTECTOREM MEUN, que podría significar «el poder de Dios protector mío», e IN HOC + VINCIS, que significa «con esta cruz vencerás» (Ruego a aquel que entienda latín, a un nivel mayor que el que me permiten mis escasos recuerdos de BUP y mi imaginación, que me corrija en el caso de que haya cometido algún error en estos significados).  Se trata del blasón de Don Constantino del Castillo, Deán de Cuenca y Comendador de la Encomienda de Santa María de Castellanos de la Orden Teutónica, que fue promotor y mecenas de las obras.

En torno a la clave central, formando los vértices del cuadrado más pequeño, un grupo de cuatro medallones forman las claves secundarias de los arcos cruceros. Este grupo está formado por cuatro efigies que, probablemente, representen a los cuatro evangelistas.

IMG_1011r2Detalle de la clave secundaria de los arcos cruceros, en el tercer tramo de la nave principal, representando probablemente a San Juan Evangelista

Los terceletes se han trazado en la bisectriz entre los arcos ojivos y los formeros, de forma que en su intersección se sitúan los vértices del segundo cuadrado y se marcan mediante cuatro claves secundarias con motivos florales. Sobre los nervios terceletes, en el punto de intersección con los combados, se forman ocho claves secundarias decoradas con motivos geométricos.

IMG_1038r2Detalle de la clave secundaria en la intersección de los nervios terceletes

IMG_1069r2Detalle de la clave secundaria en la intersección de los nervios terceletes y los combados

En la construcción de este tipo de bóvedas según las reglas de Rodrigo Gil de Hontañón busca la estandarización de los procesos, de forma que las ocho claves que forman la estrella central se encuentran a la misma altura unidas por nervios de directriz horizontal, mientras que el resto de las ligaduras buscan una misma curvatura modificando las alturas de arranque en las jarjas. Así, la estereotomía de las dovelas y, sobre todo, de las claves es muy homogénea y permite una simplificación de los trabajos de cantería.

En la fotografía siguiente se muestra una de las claves secundarias, a la cual acometen hasta ocho nervios. La geometría de dichos elemento debe ser perfecta para solucionar dicho encuentro, a pesar de lo cual, la puesta en obra permite cierta flexibilidad.

IMG_1023rDetalle del encuentro de nervios en una de las claves secundarias

IMG_1073rDetalle de calve secundaria en uno de los nervios terceletes

Como se puede apreciar en la imagen siguiente, la traza y el corte de las claves de la bóveda sobre el tramo recto del presbiterio están mucho más trabajos, coincidiendo con la sección de los nervios principales. De la misma  manera, se puede observar el trazado horizontal del rampante, el nervio central que recorre la bóveda en la dirección de la nave, y la exactitud en el corte de las piezas para el encaje de las secciones de los nervios y en las claves.

IMG_1131rVista de la bóveda sobre el presbiterio.

En definitiva, la posibilidad de acceder directamente a las bóvedas permite la observación de detalles que de otra manera pasarían desapercibidos y el acercamiento al trabajo de cantería de los hombres que lo ejecutaron hace casi 500 años.

 

* Todas las fotografías son obra del autor, con excepción de aquellas en las que expresamente se indica lo contrario. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor.

* Nuestros más sinceros agradecimientos a la propiedad y la empresa Valuarte, que está llevando a cabo los trabajos de restauración de las bóvedas, por permitirnos el acceso a las mismas y la oportunidad única de tenerlas al alcance de la mano.

 

BIBLIOGRAFÍA

CASASECA CASASECA, Antonio (1988)  “Rodrigo Gil de Hontañón”. Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Bienestar Social. Salamanca.

MARTÍN, Rafael, CÁMARA, Leandro y MURILLO, José Ignacio (2013) “La iglesia de San Martín en Mota del Marqués (Valladolid): Proyecto y construcción” en Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Ed. Santiago Huerta y Fabián Pérez Ulloa, Madrid: Instituto Juan de Herrera, pp.621-630

PALACIOS GONZALO, José Carlos (2009).“La Cantería Medieval. La Construcción de la Bóveda Gótica Españolas” Ediciones Munilla-Lería. Madrid.

VASALLO, Luis y PÉREZ. Sergio (2011) “Rodrigo Gil de Hontañón en Valladolid. La iglesia de la Mota del Marqués para Constantino del Castillo y otras obras” en BSAA Arte nº77. Universidad de Valladolid. pp. 36-62

 

 

La rehabilitación de la fachada histórica de la Universidad de Valladolid

Desde el pasado mes de septiembre se están llevando a cabo las obras de rehabilitación de la fachada del edificio histórico de la Universidad de Valladolid, que tienen por objeto el saneamiento y, en la medida de lo posible, la recuperación de su estado inicial, así como la eliminación de las causas del progresivo deterioro de los materiales.

Durante el desarrollo de las obras se están llevando a cabo visitas abiertas al público, previa reserva, que permiten acercarse a los detalles hasta un punto que sería imposible de otra manera. La visita incluye una parte teórica, en la que se hace una introducción histórica, se describe la fachada desde el punto de vista arquitectónico y de su significado y se explican los trabajos que se están llevando a cabo para la restauración de la misma.

Fachada de la Universidad de Valladolid Emilio I Panizo CC BY-NC-SA 20Fachada de la Universidad de Valladolid. (Fotografía de Emilio I. Panizo)

El edificio de la Universidad que podemos ver hoy en día se levantó entre 1716 y 1718, sobre las trazas de Fray Pedro de la Visitación. Se trata de una de las obras de arquitectura civil más importantes y significativas del barroco español.

La fachada se divide en horizontal en tres niveles, un gran zócalo ciego y dos plantas, y se corona con una potente balaustrada. Esta organización horizontal se rompe mediante grandes pilastras, coronadas por estatuas de gran tamaño, que modulan la fachada y aportan un componente vertical, a la vez que dividen la fachada en tres cuerpos muy diferenciados. En los dos cuerpos laterales se encuentran los grandes ventanales y los balcones, mientras que en el cuerpo central se encuentran la puerta de acceso y la gran espadaña.

Fachada de la Universidad de Valladolid - LlaveDetalle del Escudo de la Universidad

Este cuerpo central, mucho más decorado, es el que incorpora toda la carga simbólica de la fachada. Se divide en tres calles, una central más ancha y dos laterales. En la calle central se encuentran, desde arriba hacia abajo, la figura de la Sabiduría pisando a la Ignorancia, el escudo de la Universidad y la representación de la Teología flanqueada por dos escudos reales.

En las calles laterales se encuentran las alegorías de los saberes, en el primer cuerpo, la Retórica y la Geometría, y en el segundo cuerpo, el Derecho Canónico y el Derecho Civil.

Fachada de la Universidad de Valladolid - La ciencia canónicaAlegoría del Derecho Canónico

Sobre la balaustrada, coronando las grandes columnas del cuerpo central, se encuentran (de izquierda a derecha) las figuras alegóricas de la Astrología, la Medicina, la Filosofía y la Historia.

En los cuerpos laterales, también en la coronación de las pilastras, se sitúan las estatuas de cuatro reyes de Castilla y de España que, a lo largo de la historia de la Universidad, la impulsaron y financiaron. Éstos son, de izquierda a derecha, Juan I, Alfonso VIII, Enrique III y Felipe II. Se puede observar que estas figuras son más complejas en lo referente a los detalles de la ropa y el calzado y a su posición, mucho más dinámica.

Fachada de la Universidad de Valladolid - MedicinaAlegoría de la Medicina, situada en la línea de estatuas sobre la balaustrada

Fachada de la Universidad de Valladolid - Enrique IIIFigura de Enrique III de Castilla

De forma previa a la definición de las trabajos de restauración necesarios se realizó un informe de los daños que sufría la fachada. En general el estado de los elementos antes de la intervención era aceptable, sin que la estabilidad estuviera afectada, aunque sufrían los daños habituales causados por la presencia de aves y agentes meteorológicos, tanto los naturales como la polución propia de una ciudad. Entre las patologías más importantes que se observaron están la existencia de manchas y costra negra, la colonización vegetal de zonas húmedas, la suciedad por excrementos de aves, degradación por presencia de sales y la arenización, fisuración y pequeños desprendimientos.

Fachada de la Universidad de Valladolid - Alfonso VIIIDetalle del calzado de Alfonso VIII

Los trabajos de restauración se iniciaron con la limpieza de todos los elementos a mano y, en las zonas en que se consideró necesario, mediante proyección a baja presión. Sobre las piezas dañadas por ataques de líquenes se aplicaron biocidas hasta eliminar todos los daños.

Una vez limpia se han consolidad los elementos de piedra mediante morteros de cal, compatibles con los materiales existentes. Se han eliminado, allí donde ha sido posible, gran parte de las reposiciones hechas en restauraciones anteriores mediante resinas plásticas. Este tipo de materiales tienen unas propiedades higroscópicas y mecánicas, particularmente la rigidez, muy diferentes a las de los morteros y la piedra originales, y su utilización produce una diferencia de coloración muy evidente y, sobre todo, un comportamiento mecánico muy diferente, originando concentraciones de tensiones que pueden ser contraproducentes.

Fachada de la Universidad de Valladolid - Juan I de CastillaEl calzado de un rey, Juan I, y la herramienta del constructor

En las zonas en las que se han producido pérdidas de material se ha recuperado el volumen mediante masillas especiales que imitan las texturas y el color de la piedra, de forma que los elementos añadidos son inapreciables a simple vista.

En el momento de la visita se estaban finalizando las tareas de reposición volumétrica y de morteros. El siguiente paso será la aplicación de una pátina mediante morteros de cal diluida con pigmentos naturales que iguale el color del conjunto y recupere el tono original. Sobre esa pátina se aplicará una fina capa de hidrofugante permeable al vapor de agua, de forma que se asegure la protección de la piedra pero simultáneamente se permita la transpiración de la misma.

Fachada de la Universidad de ValladolidVista del entablamento y las gárgolas

Ésta es sólo una muestra de lo que da de sí toda la visita. Es una oportunidad inmejorable para visitar y ver de cerca el impresionante trabajo de labra que configura la fachada y, como no, de entender cómo y porqué se interviene en un bien de este tipo. En el interior del edificio hay una pequeña exposición en la cual se puede ver una muestra de los estudios previos y del proyecto de rehabilitación, para comprender mejor la intervención.

Si tenéis oportunidad, no lo dudéis, merece la pena cada minuto de la hora que dura la visita.

* Todas las fotografías son obra del autor, excepto aquellas en las que se especifica lo contrario. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Arquitectura en tu barrio. El Centro Cívico de Parquesol (Valladolid)

Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Arquitectura, este lunes día 6 de octubre, nuestro amigo Kike García ha lanzado una iniciativa para que, quienes queramos, hablemos de Arquitectura y de Valladolid.

Por mi parte, me gustaría enseñaros un edificio que, pese a ser poco conocido fuera del barrio donde se encuentra (y en gran parte de él) y pasar desapercibido, es un claro ejemplo de elemento vertebrador dentro del funcionamiento del barrio, por su situación, su uso y, sobre todo, porque es un edificio que «funciona».

P1070721Recorrido hacia la plaza de acceso

El Centro Cívico de Parquesol forma parte del conjunto de equipamientos que se agrupan en la fachada sur-oeste del barrio, y que incluye, además del propio Centro Cívico, un conjunto completo de edificios educativos, el Centro de Salud, la comisaría de la Policía Nacional, el polideportivo y el Centro de Ocio Parquesol Plaza. Está situado en el centro de este conjunto y en una zona peatonal directamente conectada con la plaza de Marcos Fernández, uno de los focos de actividad del barrio.

Proyectado por Gabriel Gallegos, fue construido en dos fases: en 1990 se levantó en cuerpo de una sola planta en el que se encuentran las salas, las aulas y la biblioteca y en 2010 se finalizó con la construcción de un auditorio de cerca de 400 plazas.

P1090510Fachada sureste

P1090506Fachada sureste y auditorio

El edificio se desarrolla en una sola planta, con la única excepción del volumen del auditorio, y presenta una fachada de fábrica de ladrillo cerrada completamente al exterior en tres de sus lados. A pesar de ello, gracias a su pequeña escala, al material y la configuración de los espacios arbolados que lo rodean, no se trata de una fachada agresiva o excluyente.

P1090463Fachada sur del auditorio y llegada a la plaza de acceso

Los recorridos peatonales dirigen al usuario hacia la plaza de acceso al edificio, que a su vez se abre al este, sobre el valle. En esta zona la fachada cambia, y pasa a ser de muros de hormigón enfatizados por la textura de los encofrados de madera.

El acceso a la zona de aulas se realiza por una de las fachadas, desmaterializada y convertida en un paño de vidrio, y se marca con un gran alero.

P1070717Plaza de acceso, desde debajo del gran alero que cubre la entrada principal

P1070702Entrada principal al auditorio

El interior se organiza a partir del hall de entrada, utilizado como sala de exposiciones de los trabajos que los usuarios realizan en el centro, en una distribución en peine en torno a tres patios con diferentes tratamientos. Abiertos a los mismos mediante grandes cristaleras se ubican aulas, despachos, salas polivalentes y la biblioteca.

P1090466Hall de entrada – Sala de exposiciones

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P1090477Patios interiores

Un cuarto patio, ocupado por un estanque, separa el edificio original del auditorio, aunque mantiene en todo caso una comunicación visual y física, a través de un puente, con la sala polivalente.

P1090482Patio interior desde los espacios comunes del auditorio

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P1090491Vistas del auditorio

Como decía al principio, lo más destacable de este edificio, más allá de la evidente calidad arquitectónica, es que se trata de un equipamiento que se usa continuamente y que forma parte de la vida y de la cultura del barrio. Yo mismo lo he usado y, por lo que he oído, los usuarios habituales y los trabajadores aprecian el edificio, les gusta y tienen claro que funciona.

Podríamos decir entonces que la arquitectura contemporánea de calidad no tiene porqué estar reñida con su funcionalidad, pero no como la entendemos los arquitectos, de forma abstracta, sino como la entiende la niña que toca la guitarra o el señor que pinta óleos, como un edificio que es suyo.

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Recuperar y reutilizar: el Archivo Histórico Municipal de Valladolid en la antigua Iglesia de San Agustín

En el artículo de hoy voy a hablar sobre una de las intervenciones en el Patrimonio más acertadas que he tenido el placer de visitar: la recuperación de la Antigua Iglesia de San Agustín para su uso como Archivo Histórico Municipal de Valladolid.

La Iglesia de San Agustín formó parte del gran conjunto conventual de los Agustinos a orillas del río Pisuerga desde el 1550, año del inicio de su construcción. A partir de esa fecha se comenzó a levantar por la cabecera, sobre las trazas góticas de Rodrigo Gil de Hontañón, y continuó en estilo clasicista de Diego de Praves, por la nave, las capillas y la portada hasta ser finalizada en torno al año 1627.

Archivo Municipal Valladolid - Iglesia de San Agustín - Ábside 13Detalle de ábside y del crucero góticos, según trazas de Rodrigo Gil de Hontañón  

Durante los siglos XVII y XVIII, el convento y su iglesia gozaron de una posición económica y social privilegiada dentro de la ciudad de Valladolid, pero a partir de la invasión napoleónica comenzó un declive que finalizó en su abandono, en 1835, a causa de la Desamortización de Mendizábal.

A partir de ese momento y hasta finales del siglo XX sufrió un progresivo deterioro y se utilizó para fines muy diversos (desde cuartel hasta granero y caballeriza o, en los últimos años del siglo XX, aparcamiento) siempre alejados de su propósito inicial.

Afortunadamente, a principios del siglo XX se desmontó lo que quedaba del claustro que, tras peregrinar por Valladolid, acabó formando parte del Museo Nacional de Escultura.

Archivo Municipal Valladolid - Iglesia de San Agustín 04Vista de la fachada principal de la antigua iglesia y los nuevos elementos que recuperan el volumen claustral 

Finalmente, en el año 1999, el Ayuntamiento de Valladolid decidió recuperar el monumento otorgándole una nueva función que permitiese la recuperación de los elementos existentes y su mantenimiento, de forma que se proyectó la construcción del Archivo Histórico Municipal de Valladolid. Los arquitectos encargados de la redacción del proyecto fueron Primitivo González y Gabriel Gallegos.

Archivo Municipal Valladolid - Iglesia de San Agustín 05Acceso directo al jardín arqueológico 

La intervención recupera tanto los restos existentes como la estructura del antiguo convento para crear un conjunto de espacios interiores y exteriores que, además de permitir el nuevo uso, recuperen la memoria histórica del lugar. Podemos hablar por tanto de dos tipos de intervenciones, una que adapta y recupera el espacio interior de la iglesia y otra que retoma los espacios conventuales para crear un jardín arqueológico junto a la fachada sur.

Archivo Municipal Valladolid - Iglesia de San Agustín 03Vista de la nave principal

La iglesia conservaba los altos muros de la nave principal y de las capillas. Todos ellos se han consolidado, reponiendo los lienzos y piezas perdidas, y forman parte de la organización del archivo. Así, la nave principal, diáfana, se convierte en una gran sala de uso público para la consulta de los fondos del archivo.

Bajo la nave se han construido dos sótanos que, dotados de sistemas de ventilación, mantenimiento de condiciones de climatización, impermeabilización y protección contra incendios, albergan los depósitos de documentos.

Archivo Municipal Valladolid - Iglesia de San Agustín 02Capilla del lado norte o de la Epístola, que alberga la biblioteca

Archivo Municipal Valladolid - Iglesia de San Agustín 09Vista de la nave central y biblioteca, desde las capillas del lado sur o del Evangelio

En las capillas laterales se ubican la biblioteca, en el lado norte, y los despachos y salas de trabajo, en el lado sur. En todos los casos, pero especialmente en el de la biblioteca, se han levantado estructuras auxiliares que evitan tocar la estructura de fábrica de la iglesia, buscando siempre el respeto por lo preexistente.

Archivo Municipal Valladolid - Iglesia de San Agustín 08Vista de la nave central y biblioteca, desde las capillas del lado sur o del Evangelio

En el lado sur, conectando las capillas, se ha edificado un anexo de nueva planta, en el cual se encuentran espacios de trabajo y de intercambio pero que, principalmente, contiene las comunicaciones verticales.

Archivo Municipal Valladolid - Iglesia de San Agustín 06Acceso por el lado sur del crucero

Archivo Municipal Valladolid - Iglesia de San Agustín 10Fachada sur y jardín arqueológico

Junto al nuevo elemento y tras los trabajos arqueológicos realizados, se ha creado un espacio ajardinado en el cual se mantienen los elementos recuperados y la organización de los espacios claustrales. En las fachadas originales se pueden observar los puntos en los cuales las antiguas estructuras acometían en los muros.

Como elemento singular, se han recuperado las partes del claustro que se conservaban en el Museo Nacional de Escultura. Aunque puede parecer que su ubicación no es la original al estar situadas en altura, documentos fotográficos de época nos muestran que, en efecto, formaban parte de un segundo nivel (ver aquí). La contraposición con la nueva fachada le otorga un efecto simbólico y de representatividad, ya que se ha convertido en una imagen que puede verse desde bastante distancia y que es reconocible como parte de la ciudad, tanto moderna como recuperada.

Archivo Municipal Valladolid - Iglesia de San Agustín 12Detalle de los restos del antiguo claustro

Archivo Municipal Valladolid - Iglesia de San Agustín 11Salida desde el  jardín arqueológico

Y finalizamos el recorrido donde lo empezamos, saliendo desde el jardín a la portada principal.

Como ya he dicho, ésta es una de las intervenciones más interesantes que he podido visitar, por su funcionalidad, por su sensibilidad hacia lo construido y por su valentía a la hora de acometer un reto tan importante y hacerlo desde un punto de vista contemporáneo. Espero que el recorrido os haya gustado y, sobre todo a los pucelanos (de nacimiento y de adopción), os anime a daros un paseo por allí. Siempre el directo es mejor que las imágenes.

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias. 

La Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada en Urueña

A unos 55 km al noroeste de Valladolid, muy cerca de la autopista A-6 dirección La Coruña, en las estribaciones de los Montes Torozos, se encuentra la monumental Villa de Urueña. Declarada conjunto histórico-artístico en 1975 y con una población de apenas 200 habitantes, se trata de uno de los núcleos mejor conservados de Castilla y León (y probablemente de España). El nacimiento de la villa se remonta a asentamientos neolíticos y, ya de forma más estable, vacceos, y se ha desarrollado siempre habitada hasta nuestros días. Un resumen de su historia, que no es el objetivo de este post, lo podéis encontrar aquí.

Uno de los elementos que caracterizan esta población es el conjunto formado por la muralla y el castillo, que rodean el caserío existente en un 80%, pero hoy vamos a centrarnos en la que, para mi, es la edificación más interesante de Urueña: la Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada en Urueña (aunque en realidad se encuentre dos kilómetros fuera de la muralla, que en la fotografía siguiente se puede ver al fondo).

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La Ermita de la Anunciada desde el suroeste, con el recinto amurallado de Urueña al fondo

El edificio actual se levantó en el siglo XI sobre el antiguo monasterio mozárabe de San Pedro de Cubillas. Es una lástima que no se haya conservado, en aquella época no tenían la inquietud que tenemos hoy sobre la conservación del patrimonio, pero por otro lado su pérdida nos permite hoy día disfrutar de una obra de arte del románico. Esta es una reflexión que daría para largas discusiones y sobre la que ya existen muchas publicaciones, pero yo lo dejo caer: ¿es necesario conservarlo todo? ¿qué nos estamos perdiendo y que les estamos negando a las próximas generaciones por nuestro afán de conservación? ¿qué habría ocurrido en lugares como, por ejemplo, Salamanca si en el siglo XVI hubiera primado la conservación de lo existente sobre el desarrollo de la edificación renacentista y barroca?. Me gustaría que, con esta disculpa, opinarais todos, seguro que da para mucho…

Pero volvamos al tema que hoy nos ocupa…

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Nave central.

La Ermita se construyó en estilo románico lombardo, muy extendido por Cataluña y Aragón pero que, en Castilla y León, sólo cuenta con este ejemplo y la Ermita de San Pelayo de Perazancas, que se encuentra a dos kilómetros de Cervera de Pisuerga (Palencia).

La Ermita de la Anunciada tiene planta basilical de tres naves, una central de mayor altura y anchura, y dos laterales, cubiertas por bóvedas de cañón en las que se marcan con rotundidad los arcos fajones y rematadas en la cabecera por tres ábsides de planta semicircular cubiertos por bóvedas de horno.

Todos los arcos son de medio punto, aunque en algunos casos se intuye una ligera deformación producto de los empujes horizontales propios de este tipo de arco. No existen contrafuertes que recojan dichos esfuerzos y se deriva esta función a la masividad de los muros. Aparte de la pequeña deformación que parece apreciarse a simple vista no se aprecia ningún tipo de daño estructural, por lo que se entiende que el equilibrio alcanzado por el sistema es perfecto en este estado.

En los arranques de todos los arcos sobresale una pieza, a modo de capitel, que pudo utilizarse como apoyo para las cimbras, pero que hoy día se ha constituido en un elemento compositivo más, dentro de una arquitectura muy sobria.

A pesar de lo que suele ser habitual en la arquitectura románica, esta ermita cuenta con un importante número de huecos que, aunque de pequeño tamaño, la dotan de una gran luminosidad.

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Nave central, detalle de arcos torales y el arranque del cimborrio.

El transepto no se marca en planta en la construcción original, ya que posteriormente se añadió en la fachada sur, alineada con el mismo, una pequeña estancia. En cambio, si mantiene la altura de la nave central, de forma que, junto con el ábside de la misma, forma una cruz latina.

Sobre el crucero se levanta el cimborrio, formado por una interesante cúpula poligonal. Como se puede observar en la fotografía siguiente, las trompas permiten la transición de la geometría cuadrada del crucero a una planta octogonal cuyos lados, además, no son exactamente iguales, sino que aquellos definidos por las trompas son mayores. A partir de esos lados se levanta la cúpula, tratando de acercarse a una cúpula semiesférica pero manteniendo su sección horizontal poligonal hasta la clave.

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Vista de la cúpula central.

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Detalles de la ejecución de trompas, arco toral y bóveda de horno.

Como se puede observar, aunque los elementos estructurales tienen una geometría muy marcada, las piezas de mampuesto que los forman están colocadas de forma bastante anárquica, sin que importe la continuidad de las hiladas, la similitud de los tamaños o su colocación. Con toda probabilidad esta circunstancia se debe a que no se preveía que se viera el despiece, sino que el acabado interior de los paramentos debía ser un encalado continuo.

En el exterior, la sobriedad de la fábrica ciega se enriquece con los arcos ciegos y las lesenas, típicos del románico lombardo, y sus juegos sombras.

A la estructura original se añadieron tres elementos durante los siglos XVII y XVIII: la espadaña, a los pies de la nave principal; la sacristía, adosada al lado sur del transepto; y el camarín de la Virgen, adosado al ábside mayor.

El primero es un elemento que, aunque rompe un esquema muy definido, es muy habitual en la arquitectura románica en Tierra de Campos, por lo que no causa extrañeza y se adapta bien al conjunto. El pequeño volumen de la sacristía se integra bastante bien en el juego de volúmenes del edificio, aunque en ciertos detalles (el hueco o la pendiente de la cubierta) sí desentona ligeramente.

Pero el cajón del camarín de la Virgen es un elemento que, desde el punto de vista artístico y arquitectónico, nunca (digo bien, nunca jamás) debería haber existido. Supongo que los vecinos tendrían sus razones, pero esas razones nos han privado de la delicadeza de la composición de los tres ábsides, y nos han dejado… eso. Menos mal que actualmente existen mecanismos para evitar barbaridades como esa.

Haced todos un esfuerzo de imaginación y eliminad en vuestra mente lo que sobra… y quedaos con esa imagen.

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Espadaña sobre el acceso, a los pies de la nave principal.

En cualquier caso, la Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada es una maravilla del románico castellano que debe ser visitada. Habitualmente está cerrada, pero con sólo llamar o pasarse por la oficina de turismo de Urueña se puede concertar una visita guiada por un módico precio.

 Y por supuesto, hay que visitar Urueña, la Villa del Libro, que tiene muchas más cosas que ver… y que hacer.

 

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias