Skogskyrkogarden, el Cementerio en el Bosque de Asplund y Lewerentz

Una de las visitas obligadas cuanto se viaja a Estocolmo es, sin duda, Skogskyrkogarden, el Cementerio en el Bosque, como uno de las obras más importantes de la arquitectura moderna, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1994.

Una de sus características principales, quizá la más importante, es que no (sólo) es arquitectura, o en todo caso es una arquitectura en el interior de la naturaleza. Fue creado entre 1917 y 1940 por los arquitectos Gunnar Asplud y Sigurd Lewerenz en el bosque de Eskende, al sur de Estocolmo, sobre la idea del retorno a la naturaleza y mediante el uso de sus elementos simbólicos: el agua, el árbol, la piedra y la luz.

P1100916R1En el acceso, piedra y agua

Para los ciudadanos del sur de Europa, y más concretamente para los españoles, la idea de un cementerio abierto en la naturaleza, por el cual es posible un paseo agradable más allá de la idea de hacer una visita a los difuntos, nos puede resultar extraña, acostumbrados como estamos a cementerios con grandes tumbas de piedra (de granito, de mármol) y caminos asfaltados para llegar hasta ellas.

La sensación cuando se llega a Skogskyrkogarden es la de quien se dispone a dar un paseo por el bosque, y no la de quien va a llevar flores a sus familiares. Es una forma de acercamiento y de aceptación de la muerte como parte de la naturaleza que nosotros no tenemos, posiblemente por nuestra cultura católica.

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El acceso al cementerio se realiza por un sendero rectilíneo de lajas de granito, que diferencia la presencia puramente humana, la zona de nichos, las capillas y el crematorio, del territorio de la naturaleza. La gran cruz situada en la pradera es el símbolo que domina el conjunto e indica a quien se acerca que se encuentra en un lugar especial. Es en este punto, en el claro, donde se concentran la mayor parte de las edificaciones y el bosque, prácticamente inalterado, significa lo vernáculo y romántico de la naturaleza.

P1100913Zona de nichos, donde se encuentra la tumba de Gunnar Asplund

El mayor elemento edificado es el conjunto del crematorio, compuesto por las capillas de la Fe, de la Esperanza y de la Santa Cruz,  así como el gran pórtico que sirve  tanto de acceso a esta última capilla como de antesala del bosque. Se trata de una arquitectura con un lenguaje totalmente moderno, construida a partir de 1937, con un marcado carácter funcional y una ensimismada atención al uso de cada elemento, a su relación con el paisaje y al detalle.

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P1100905El claro. El lago, la cruz y el espacio humanizado

Sobre la pradera, en el lugar más alto del cementerio, se encuentra la Colina de la Meditación. Es un espacio de recogimiento, rodeado por 12 grandes olmos, en el que, aislados del exterior, los familiares y los visitantes pueden hacer un alto en el tiempo y vivir su propia experiencia en soledad. Desde la colina nace un sendero rectilíneo, el Camino de las Siete Fuentes, que atraviesa el bosque, hasta la Capilla de la Resurrección, diseñada por Lewerentz.  Recorriendo este camino es cuando el visitante entra en contacto directo con la naturaleza escandinava, un denso bosque de grandes arboles a cuya sombra descansan los muertos.

P1100902La Colina de la Meditación

P1100900El Camino de las Siete Fuentes y la Capilla de la Resurrección

Cementerio en el Bosque - Asplund y LewerentzEl lugar de reposo en el bosque

Inserta en esa naturaleza, en un claro del bosque, encontraremos la Capilla en el Bosque, de Asplund. Se trata de la imagen más conocida de este lugar y es uno de los edificios que han dado forma a la arquitectura escandinava. Se trata de un pequeño edificio de madera en el cual utiliza elementos clásicos, como columnas dóricas, una cubierta inclinada y materiales autóctonos, con un lenguaje moderno en busca de la expresividad de la forma y la conexión con la naturaleza.

En sendero de aproximación a la capilla está flanqueado por la verticalidad de los árboles, a la que da continuidad mediante las doce columnas que forman el pórtico de entrada a la capilla. En este punto el visitante pasa por un espacio angosto, de apenas dos metros de altura, que sugiere un espacio de recogimiento frente a lo grandioso de la naturaleza que lo rodea (a lo sublime de la naturaleza, que nos recuerda a algunas pinturas de Caspar David Friedrich). Pero en realidad se trata de nuevo de un juego de contrarios, ya que da paso de nuevo a un amplio espacio, una bóveda de 7 metros de diámetro, iluminado cenitalmente, pero que mantiene la sensación de un especio de recogimiento con una gran carga emocional.

Capilla en el Bosque - Asplund Acceso a la Capilla en el Bosque

Capilla en el Bosque - Asplund Capilla en el Bosque

Capilla en el Bosque - Asplund Capilla en el Bosque. Porche de acceso

A continuación podéis ver imágenes de los planos originales de Gunnar Asplund, que se encuentran disponibles en el archivo digital del Arkitektur- och designcentrum de Estocolmo (Suecia).

Capilla en el Bosque - Planta

Capilla en el Bosque. Planta

Capilla en el Bosque - Sección

Capilla en el Bosque. Sección

Capilla en el Bosque - Alzado

Capilla en el Bosque. Alzado lateral

El Cementerio en el Bosque, como hemos visto, pone en conexión aspectos contrarios, como la naturaleza y la obra del hombre, lo moderno y lo tradicional, lo funcional y lo emocional, en un juego tan sutil que se disfraza del simple disfrute de una naturaleza humanizada, o de una humanidad naturalizada. En su recorrido se pone en conexión al hombre con la muerte, pero buscando la sensación del tránsito natural.

El Cementerio en el Bosque, por tanto, no habla de la muerte sino de la transición, de la vuelta de lo propiamente humano a la naturaleza. Y todo ello desde el punto de vista más liviano de un agradable paseo por el bosque.

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor.

El incierto futuro del Edificio España de Madrid

Esta mañana ha vuelto a saltar a la actualidad la situación del Edificio España de Madrid, tal y como se muestra en este artículo publicado por El País. La historia de este edificio en los últimos años ha sido compleja y la situación actual no parece que sea mucho mejor que hace unos años, cuando su principal problema era el abandono.

No voy a entrar en desarrollar todo el proceso que ha llevado al edificio a encontrarse en la encrucijada en la que se encuentra, sino que sólo voy a hablar de un par de ideas que me han  surgido al leer el artículo. Espero que esas ideas nos sirvan para iniciar un debate, o una charla, o una conversación, o un intercambio…

Antes de nada, para aquellos que no lo conozcan, el Edificio España fue construido entre 1948 y 1953, bajo la dirección de José María y Julián Otamendi y, en el momento de su finalización era el edificio más alto de Europa, con 111 metros de altura. En su día constituyó un hito constructivo y estructural, además de un símbolo para la ciudad. Desde entonces, y junto con la Torre de Madrid, pasó a formar parte del paisaje urbano de Madrid, definiendo la Plaza de España y el final de la Gran Vía.

Edificio_España_contranviaEl Edificio España en una imagen de época, véanse los tranvías (fotografía tomada prestada de aquí)

En el momento actual, el edificio es propiedad del grupo empresarial chino Dalian Wanda, que lo adquirió con el fin de rehabilitarlo y ponerlo en funcionamiento como hotel, centro comercial y/o algunas cosas más. Como es lógico, un edificio de su época presenta grandes problemas de distribución para poder dar servicio a algunos de esos usos, y supongo que esa fue la razón para que el nivel de protección se bajara de nivel 3 a nivel 2, permitiendo que se demoliera la estructura.

Una vez modificado el nivel de protección, los expertos del grupo Wanda resulta que descubren que es inviable demoler la estructura y mantener la fachada ¿De verdad nadie se había dado cuenta antes? ¿A nadie se le ocurrió que eso es una barbaridad? Por supuesto, los reputados expertos lo sabían, lo tenían muy claro, porque desde el principio sabían que lo que querían era desmontar el edificio completo. Lo que me preocupa es que a nadie en Madrid se le ocurriera… ¿o sí se le ocurrió? Eso es todavía más preocupante.

Como solución, al grupo Wanda (supongo que a sus reputados expertos) se le ha ocurrido desmontar y reconstruir la fachada piedra a piedra… bueno, ladrillo a ladrillo, lo cual parece igual, pero no es lo mismo. A mi se me ocurre una idea mejor: dar marcha atrás, devolverle la protección y mantener la estructura… ah! y solucionar el problema de la distribución con inteligencia y no con la piqueta.

Edificio EspañaFachada principal del Edificio España (fotografía tomada prestada de aquí)

Bien, el problema está ahí y hay que llegar a una solución. Como hemos visto es un problema complejo, a nivel técnico, a nivel administrativo y a nivel económico. Lo lógico sería que se llegara a una solución técnica factible, económicamente viable y que supusiera un impulso para la ciudad. Y en este punto es cuando el Decano del Colegio de Arquitectos de Madrid propone la celebración de un referéndum (o consulta, o como quieran llamarlo) para que la ciudadanía decida que hacer.

Mis preguntas son: ¿los ciudadanos de Madrid tienen la información (y con eso quiero decir también formación) suficiente para decidir si se debe demoler o mantener? ¿La formalización de la ciudad la tienen que decidir los ciudadanos a golpe de voto? ¿Tiene el mismo valor el voto de un comerciante de la zona, de un obrero que espera conseguir un trabajo y el de una señora de Vallecas? (No hablo de formación, sino de cercanía al problema) ¿Porqué pueden votar los madrileños y no podemos hacerlo el resto? Lo digo porque a mi el edificio me gusta, yo votaría no… o sí, depende de la pregunta.

No creo que una consulta ciudadana, por mucho que esté de moda hablar de ellas, sea útil ni consecuente, sobre todo porque en muchos casos se vota con el estómago y no con la cabeza. Y si esto sale adelante ¿se hará un referéndum para cada edificio protegido? o lo que es peor ¿para desprotegerlo?

Plaza de EspañaVista de la Plaza de España, con el Edificio España y la Torre de Madrid (fotografía tomada prestada de aquí)

En la calidad arquitectónica del edificio no voy a entrar, aunque mi opinión, si vale de algo, es que se debería mantener y darle uso (que es la única forma de que sobreviva). En cualquier caso, lo que admite poca discusión es que se trata de un edificio que ya tiene su lugar en la ciudad, que forma parte de su historia y de su paisaje y que, sólo por eso merece la pena ser conservado.

Creo que este es el primer artículo de opinión que publico en el blog. Que sea el último o no depende de dos cosas: por un lado de noticias futuras que, como ésta, me susciten dudas, preguntas o preocupaciones, y por otro lado, que mis queridos lectores se animen y entren al trapo. Yo he abierto el debate para eso, anímense.

* Sólo un día después del artículo mencionado, El País publica este otro. Quien ya haya leído el artículo anterior, puede quedarse con los tres últimos párrafos (el resto es exactamente lo mismo). Parece que se descarta la «consulta» (lo cual, por otro lado, era lógico) y que los técnicos de Urbanismo contestarán en el sentido de mantener la fachada manteniendo, a su vez, la estructura necesaria. La propuesta de Ricardo Aroca es similar, e igualmente válida a nivel técnico… ¿Será también válida para Wanda? Me temo que no les va a gustar el «esto es lo que hay, arréglatelas como puedas».

En cualquier caso, parece que el Ayuntamiento de Madrid está adoptando la postura lógica, y se agradece.

Alvar Aalto – La escalera y el funcionalismo humano

Alvar Aalto ocupa un lugar destacado como uno de los grandes genios arquitectónicos del siglo XX, en conexión con el movimiento moderno y, a la vez, oponiéndose al mismo con una arquitectura compleja y rica cuyo principal referente era la naturaleza humana.

La larga trayectoria del arquitecto pasa por diferentes etapas, en sintonía con una época histórica en los que se produjeron grandes cambios políticos, sociales y artísticos. Partiendo del clasicismo nórdico y de la relación de la arquitectura finlandesa con el entorno, pasa por una etapa funcionalista, ligada a las nuevas tesis del movimiento moderno, para posteriormente acercar su arquitectura moderna a la tradición y al racionalismo humano.

«Aalto no dejó de propugnar durante toda su carrera que el funcionalismo humano sigue una lógica cercana a la singularidad, la variedad y las combinaciones flexibles de los sistemas biológicos. Por eso sus dibujos, sus objetos, y sus edificios, exploraron continuamente las formas naturales, sinuosas y recortadas, los puntos singulares, los comienzos irrepetibles y los cambios. El mismo modo en que desarrolla un proyecto, que depende de intereses y deseos tan contrarios y complejos, le parecía un claro ejemplo de que, a pesar de estar atento a cada detalle de la ejecución, hay que dejar a las formas arquitectónicas respirar y transformarse como formas vivas».

(Alejandro Quintillá – Requiem por la escalera)

Villa Mairea (1937-40):

La Villa Mairea fue encargada por Harry y Maire Gullichsen y está situada en un bosque de pinos, en las estribaciones de una zona montañosa. La vivienda se desarrolla con una clara componente horizontal y su planta se abre hacia el bosque a la vez que la relaciona con su propio interior.

La escalera interior de la Villa Mairea es un ejemplo de este respeto por la naturaleza y la intención de su autor de introducir su filosofía en el desarrollo de su arquitectura. La utilización de los materiales y su forma evocan, sin intención de disfrazarla, el espacio exterior que rodea la construcción.

Villa Mairea - Interior

Villa Mairea - InteriorInterior de la Villa Mairea  (fotografía A. Carr) 

Pero no es solo la materialidad el aspecto que busca Alvar Aalto en su arquitectura sino que manifiesta la espacialidad de la arquitectura entre las formas. En toda obra arquitectónica busca huir de la literalidad de la forma física para apoyarse en los elementos sutiles de cada proyecto: las atenuación de la luz al atravesar la celosía que sustenta la escalera, la sensación de ligereza que la colocación, voluntariamente arbitraria, de los postes manifiestan, el detalle delicado de la barandilla cuando se curva para atar los postes y la plataforma flotante formada por la plataforma de inicio. Todos estos detalles convierten a la escalera en un elemento de la naturaleza que crece de forma armoniosa dentro del espacio del hombre.

Se trata de una escalera de dos tramos con una estructura sencilla y contundente que es capaz de crear un espacio propio, diferentes de las propias plantas que conecta. Soluciona los puntos problemáticos como los encuentros y la visión de la meseta desde la planta baja mediante un sutil juego de luces y sombras, o los finales de las barandillas mediante curvas suaves que recuerdan a cuerdas y lianas.

Villa Mairea - EscaleraEscalera de la Villa Mairea  (fotografía tomada de imgarcade.com

Una de las principales características de la obra de Aalto es la atención al detalle en cada uno de los elementos que proyecta. En el caso de la escalera de la Villa Mairea, la articulación de los soportes mediante técnicas tradicionales nos traslada la idea de la naturaleza como elemento transformado y adoptado por el hombre para su utilización.

Villa Mairea - detalleVilla Mairea – Detalle (fotografía J. Rieke)

Residencia Baker (1946-49):

La concepción del proyecto de la Residencia Baker como un bloque lineal está basada claramente en los principios funcionalistas que, dado el programa tan definido que debía acometer, darían una respuesta clara y concisa a sus necesidades.

Pero la arquitectura de Alvar Aalto va, en todo caso, mucho más allá. Es una arquitectura dinámica, implicada con la naturaleza humana, y cambiante, viva, capaz de dar respuestas mucho más creíbles y completas a preguntas que pueden considerarse habituales. El resultado es un edificio con su propio carácter, pero que no sacrifica ninguna de sus necesidades.


Baker1Residencia Baker, M.I.T.  (fotografía J. Santos)

El edificio se presenta básicamente como un bloque lineal que se curva en su fachada sur, en la cual se encuentran las habitaciones, presentando una fachada sinuosa que trata de aprovechar las vistas y el soleamiento. La fachada norte, por el contrario, recoge los elementos de servicio y de circulación, conformándose según las necesidades de los espacios en cada punto.

La escalera de la residencia Baker no es la típica de un edificio de esas características. La claridad del programa y el gran número de estancias iguales llevarían a suponer una escalera desarrollada en un solo ámbito, que desembarcara siempre en el mismo lugar y que diera servicio a los mismos espacios. Pero el proceso de creación de Alvar Aalto produce un elemento mucho más trabajado, que llega a convertirse en el motivo principal de la fachada sobre la que se recorta e incluso de todo el edificio.

La residencia se muestra como un volumen compacto y potente. Su gran altura y la repetición de los espacios y las aberturas que conlleva el programa podrían llegar a convertirla en un volumen demasiado pesado. La concepción de la escalera tallada en la fachada norte rompe la forma inicial y la seriación de los huecos, la fachada se desplaza y vuela, se convierte en un elemento ligero a pesar de su masividad y se dinamiza. Los elementos quebrados se muestran al exterior, en lugar de esconderse, anunciando la forma de vivir el espacio interior: conectan el edificio con la escala urbana y le hacen formar parte de la ciudad.

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Baker3Residencia Baker, M.I.T.  (fotografías J. Santos)

Pero no solo es la forma la que se enriquece con la formalización de este elemento. Al desembarcar en una posición distinta en cada una de las plantas transforma los espacios de la residencia plano a plano enriqueciendo el concepto inicial de bloque lineal. Nuevamente enfrenta la continuidad espacial de la cara ondulada fachada sur con la quebrada fachada norte, aunque llegando a este punto la contraposición no es tanto formal como funcional. No sólo cada planta es distinta, cada planta se alcanza de forma distinta, se recorre de forma distinta y se siente de forma distinta, a pesar de su concepción unitaria.

La escalera longitudinal e iluminada evoca un paseo continuo a través de todo el edificio, sin que en ningún momento se tenga la sensación de repetición o seriación, humanizándolo.

Ayuntamiento de Säynätsalo (1949-52):

La localización del Ayuntamiento de Säynätsalo responde claramente a la idea del edificio sobre la colina, componiendo una serie de volúmenes en torno a un patio central elevado que se convierte en el espacio principal.

El concepto de colina elevada y “colonizada” por el hombre se muestra en la formalización del conjunto como un pequeño núcleo urbano a escala en el que aparecen elementos representativos de las ciudades mediterráneos, como las ya mencionadas torres representativas y la plaza central de encuentro, presente en el urbanismo italiano y español. Ejemplos tan dispares y de épocas tan distintas como la Piazza del Campo, en Siena, o la Plaza Mayor de Salamanca se configuran cerrando un espacio dominado por un elemento representativo. Esta plaza central es un espacio de intercambio y de estancia, pero también es un espacio que se recorre. Alvar Aalto crea también en el caso del ayuntamiento de Säynäntsalo un recorrido interior que se implica con esta forma de vivir la plaza, pero también con la organización de los claustros europeos.

SaynatsaloTownHall1Ayuntamiento de Säynätsalo (fotografía K. Virtanen)

Se trata de un espacio humanizado dentro de los dominios de la naturaleza, pero no se le da la espalda, si no que se la introduce en el edificio, pese a que su concepción como edificio patio abierto a si mismo hace pensar que así sería. La inclusión de las dos escaleras enfrentadas, que separan el volumen de la biblioteca del resto del complejo, abre el espacio y permite que la naturaleza penetre en él.

La formalización de las dos escaleras es diferente y habla de dos ideas diferentes que se acaban complementando entre si  en cuanto a que ambas conforman ese espacio abierto y sobreelevado, enlazando con la idea del plano horizontal creado por el hombre.

Pero la forma de las escaleras y su posición enfrentada nos llevan a suponer dos conceptos distintos. Se podría decir que la escalera principal, la que se encuentra junto a la torre, es una escalera humana: sus líneas ortogonales, su modulación y su posición adosada a la torre y alineada con el resto de los edificios habla de la humanización de la naturaleza. Parece formar parte del edificio y estar proyecta por y para él, invita a acceder a la creación del hombre. Es, claramente, una escalera de subida.

SaynatsaloTownHall2Ayuntamiento de Säynätsalo (fotografía J. Rieke)

En cambio la otra escalera no sólo está enfrentada físicamente sino que aparece como un elemento de contraposición. En realidad podría entenderse como una síntesis topográfica de la pendiente, en lugar de como una escalera propiamente dicha. En contrate con el edificio no sigue una geometría definida. Se podría decir que este elemento no pertenece al edificio, que es una parte de la naturaleza que existe en el interior del patio y que se desborda por una de las esquinas del conjunto, por el único punto en que parece que la creación del hombre no es capaz de contenerla. En este sentido, siguiendo la línea natural de esta idea, la escalera es un punto de escape, una escalera de bajada.

SaynatsaloTownHall3Ayuntamiento de Säynätsalo (fotografía J. Rieke)

 «(…) Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso».

(Julio Cortázar – Instrucciones para subir una escalera)

Datos generales
Arquitecto: Alvar Aalto
 
Proyecto: Villa Mairea
Situación: Noormarkku, Finlandia
Año: 1937-1940
Fotografías: Jonathan Rieke (CC BY-ND 2.0), Andrew Carr (CC BY-NC-ND 2.0)
 
Proyecto: Residencia Baker
Situación: Instituto Tecnológico de Massachusetts. Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos.
Año: 1946-1949
Fotografías: José Santos Torres
 
Proyecto: Ayuntamiento de Säynäntsalo
Situación: Parviaisentie 9, Säynäntsalo, Finlandia.
Año: 1949-1952
Fotografías: Jonathan Rieke (CC BY-ND 2.0), Kimmo Virtanen (CC BY-SA 2.5)

 

* Artículo publicado por el autor en el blog Cosas de Arquitectos , el 16 de enero de 2015.

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Un paseo por Oak Park

Una de las experiencias arquitectónicas más intensas, y a la vez más relajantes, que se puede tener es, bajo mi punto de vista, pasear por las tranquilas calles de Oak Park, cámara en mano, visitando la obra de Frank Lloyd Wright.

Oak Park es una pequeña villa situada a la afueras de Chicago, en la llanura que se extiende al oeste del lago Michigan. Una pequeña y tranquila ciudad residencial donde se instaló Frank Lloyd Wright cuando aún era un joven arquitecto y donde vivió en los años cruciales de su carrera, en lo que, poco a poco, fue definiendo un estilo que le llevó a convertirse en uno de los maestros de la Arquitectura Moderna.

Durante las primeras décadas del siglo XX construyó, en Oak Park y River Forest (la localidad vecina) un gran número de edificios (principalmente viviendas unifamiliares) que le convirtieron en el arquitecto de la comunidad, una comunidad en la cual conoció a importantes clientes interesados en la Nueva Arquitectura y en la capacidad de F. Ll. Wright para satisfacer sus necesidades de familias acaudaladas.

El resultado es un paisaje arquitectónico único, en el cual muchas sus Prairie Houses (Casas de la Pradera) se integran en el entorno, en este caso un auténtico bosque doméstico.

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Frank W. Thomas House (1901)

Las prairie houses comparten, dentro de las características singulares de cada una, una serie de elementos comunes que las definen y diferencian. La principal de ellas es la horizontalidad de la composición, definida por las líneas de decoración, los grandes voladizos de las cubiertas superpuestas, las ventanas corridas directamente bajo los techos y, en algunos casos, los largos muros que definen los accesos o las parcelas.

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Peter A. Beachy House (1906)

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Hills – DeCaro House (1900-1906)

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Arthur B. Heurtley House (1902)

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Nathan G. Moore House (1895 – 1923 – reconstruida tras un incendio)

Pero no solo la composición del volumen exterior define la arquitectura de las prairie houses, sino que la definición y organización de los espacios interiores es muy importante en la composición. Se trata de espacios complejos y orgánicos, en los cuales ciertos elementos (un muchos casos, las chimeneas) organizan dobles circulaciones. De la misma manera, la decoración de los techos y la diversidad de alturas, los diferentes planos de suelos, y el mobiliario jerarquizan y modifican los usos de las diferentes estancias e incluso dentro de las mismas.

Por desgracia no tengo fotografías originales de los interiores. A la gente no le suele gustar que hordas de arquitectos entren a su casa a hacer fotos… En próximos post hablaré de la Casa-Estudio de F. Ll. Wright y del Unity Temple, que también se encuentran en Oak Park, pero que por si solos dan para mucho (y no quiero hacerlo muy largo)

Aunque no está en Oak Park, sino al sur de Chicago, no puedo terminar sin mencionar una de sus obras más importantes: la Robie House, una de las obras cumbre de la arquitectura moderna.

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Robie House (1908 – 1910)

Para saber más:

http://www.franklloydwright.org/

http://es.wikipedia.org/wiki/Casa_Robie

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.