Alvar Aalto ocupa un lugar destacado como uno de los grandes genios arquitectónicos del siglo XX, en conexión con el movimiento moderno y, a la vez, oponiéndose al mismo con una arquitectura compleja y rica cuyo principal referente era la naturaleza humana.
La larga trayectoria del arquitecto pasa por diferentes etapas, en sintonía con una época histórica en los que se produjeron grandes cambios políticos, sociales y artísticos. Partiendo del clasicismo nórdico y de la relación de la arquitectura finlandesa con el entorno, pasa por una etapa funcionalista, ligada a las nuevas tesis del movimiento moderno, para posteriormente acercar su arquitectura moderna a la tradición y al racionalismo humano.
«Aalto no dejó de propugnar durante toda su carrera que el funcionalismo humano sigue una lógica cercana a la singularidad, la variedad y las combinaciones flexibles de los sistemas biológicos. Por eso sus dibujos, sus objetos, y sus edificios, exploraron continuamente las formas naturales, sinuosas y recortadas, los puntos singulares, los comienzos irrepetibles y los cambios. El mismo modo en que desarrolla un proyecto, que depende de intereses y deseos tan contrarios y complejos, le parecía un claro ejemplo de que, a pesar de estar atento a cada detalle de la ejecución, hay que dejar a las formas arquitectónicas respirar y transformarse como formas vivas».
(Alejandro Quintillá – Requiem por la escalera)
Villa Mairea (1937-40):
La Villa Mairea fue encargada por Harry y Maire Gullichsen y está situada en un bosque de pinos, en las estribaciones de una zona montañosa. La vivienda se desarrolla con una clara componente horizontal y su planta se abre hacia el bosque a la vez que la relaciona con su propio interior.
La escalera interior de la Villa Mairea es un ejemplo de este respeto por la naturaleza y la intención de su autor de introducir su filosofía en el desarrollo de su arquitectura. La utilización de los materiales y su forma evocan, sin intención de disfrazarla, el espacio exterior que rodea la construcción.
Interior de la Villa Mairea (fotografía A. Carr)
Pero no es solo la materialidad el aspecto que busca Alvar Aalto en su arquitectura sino que manifiesta la espacialidad de la arquitectura entre las formas. En toda obra arquitectónica busca huir de la literalidad de la forma física para apoyarse en los elementos sutiles de cada proyecto: las atenuación de la luz al atravesar la celosía que sustenta la escalera, la sensación de ligereza que la colocación, voluntariamente arbitraria, de los postes manifiestan, el detalle delicado de la barandilla cuando se curva para atar los postes y la plataforma flotante formada por la plataforma de inicio. Todos estos detalles convierten a la escalera en un elemento de la naturaleza que crece de forma armoniosa dentro del espacio del hombre.
Se trata de una escalera de dos tramos con una estructura sencilla y contundente que es capaz de crear un espacio propio, diferentes de las propias plantas que conecta. Soluciona los puntos problemáticos como los encuentros y la visión de la meseta desde la planta baja mediante un sutil juego de luces y sombras, o los finales de las barandillas mediante curvas suaves que recuerdan a cuerdas y lianas.
Escalera de la Villa Mairea (fotografía tomada de imgarcade.com)
Una de las principales características de la obra de Aalto es la atención al detalle en cada uno de los elementos que proyecta. En el caso de la escalera de la Villa Mairea, la articulación de los soportes mediante técnicas tradicionales nos traslada la idea de la naturaleza como elemento transformado y adoptado por el hombre para su utilización.
Villa Mairea – Detalle (fotografía J. Rieke)
Residencia Baker (1946-49):
La concepción del proyecto de la Residencia Baker como un bloque lineal está basada claramente en los principios funcionalistas que, dado el programa tan definido que debía acometer, darían una respuesta clara y concisa a sus necesidades.
Pero la arquitectura de Alvar Aalto va, en todo caso, mucho más allá. Es una arquitectura dinámica, implicada con la naturaleza humana, y cambiante, viva, capaz de dar respuestas mucho más creíbles y completas a preguntas que pueden considerarse habituales. El resultado es un edificio con su propio carácter, pero que no sacrifica ninguna de sus necesidades.
Residencia Baker, M.I.T. (fotografía J. Santos)
El edificio se presenta básicamente como un bloque lineal que se curva en su fachada sur, en la cual se encuentran las habitaciones, presentando una fachada sinuosa que trata de aprovechar las vistas y el soleamiento. La fachada norte, por el contrario, recoge los elementos de servicio y de circulación, conformándose según las necesidades de los espacios en cada punto.
La escalera de la residencia Baker no es la típica de un edificio de esas características. La claridad del programa y el gran número de estancias iguales llevarían a suponer una escalera desarrollada en un solo ámbito, que desembarcara siempre en el mismo lugar y que diera servicio a los mismos espacios. Pero el proceso de creación de Alvar Aalto produce un elemento mucho más trabajado, que llega a convertirse en el motivo principal de la fachada sobre la que se recorta e incluso de todo el edificio.
La residencia se muestra como un volumen compacto y potente. Su gran altura y la repetición de los espacios y las aberturas que conlleva el programa podrían llegar a convertirla en un volumen demasiado pesado. La concepción de la escalera tallada en la fachada norte rompe la forma inicial y la seriación de los huecos, la fachada se desplaza y vuela, se convierte en un elemento ligero a pesar de su masividad y se dinamiza. Los elementos quebrados se muestran al exterior, en lugar de esconderse, anunciando la forma de vivir el espacio interior: conectan el edificio con la escala urbana y le hacen formar parte de la ciudad.
Residencia Baker, M.I.T. (fotografías J. Santos)
Pero no solo es la forma la que se enriquece con la formalización de este elemento. Al desembarcar en una posición distinta en cada una de las plantas transforma los espacios de la residencia plano a plano enriqueciendo el concepto inicial de bloque lineal. Nuevamente enfrenta la continuidad espacial de la cara ondulada fachada sur con la quebrada fachada norte, aunque llegando a este punto la contraposición no es tanto formal como funcional. No sólo cada planta es distinta, cada planta se alcanza de forma distinta, se recorre de forma distinta y se siente de forma distinta, a pesar de su concepción unitaria.
La escalera longitudinal e iluminada evoca un paseo continuo a través de todo el edificio, sin que en ningún momento se tenga la sensación de repetición o seriación, humanizándolo.
Ayuntamiento de Säynätsalo (1949-52):
La localización del Ayuntamiento de Säynätsalo responde claramente a la idea del edificio sobre la colina, componiendo una serie de volúmenes en torno a un patio central elevado que se convierte en el espacio principal.
El concepto de colina elevada y “colonizada” por el hombre se muestra en la formalización del conjunto como un pequeño núcleo urbano a escala en el que aparecen elementos representativos de las ciudades mediterráneos, como las ya mencionadas torres representativas y la plaza central de encuentro, presente en el urbanismo italiano y español. Ejemplos tan dispares y de épocas tan distintas como la Piazza del Campo, en Siena, o la Plaza Mayor de Salamanca se configuran cerrando un espacio dominado por un elemento representativo. Esta plaza central es un espacio de intercambio y de estancia, pero también es un espacio que se recorre. Alvar Aalto crea también en el caso del ayuntamiento de Säynäntsalo un recorrido interior que se implica con esta forma de vivir la plaza, pero también con la organización de los claustros europeos.
Ayuntamiento de Säynätsalo (fotografía K. Virtanen)
Se trata de un espacio humanizado dentro de los dominios de la naturaleza, pero no se le da la espalda, si no que se la introduce en el edificio, pese a que su concepción como edificio patio abierto a si mismo hace pensar que así sería. La inclusión de las dos escaleras enfrentadas, que separan el volumen de la biblioteca del resto del complejo, abre el espacio y permite que la naturaleza penetre en él.
La formalización de las dos escaleras es diferente y habla de dos ideas diferentes que se acaban complementando entre si en cuanto a que ambas conforman ese espacio abierto y sobreelevado, enlazando con la idea del plano horizontal creado por el hombre.
Pero la forma de las escaleras y su posición enfrentada nos llevan a suponer dos conceptos distintos. Se podría decir que la escalera principal, la que se encuentra junto a la torre, es una escalera humana: sus líneas ortogonales, su modulación y su posición adosada a la torre y alineada con el resto de los edificios habla de la humanización de la naturaleza. Parece formar parte del edificio y estar proyecta por y para él, invita a acceder a la creación del hombre. Es, claramente, una escalera de subida.
Ayuntamiento de Säynätsalo (fotografía J. Rieke)
En cambio la otra escalera no sólo está enfrentada físicamente sino que aparece como un elemento de contraposición. En realidad podría entenderse como una síntesis topográfica de la pendiente, en lugar de como una escalera propiamente dicha. En contrate con el edificio no sigue una geometría definida. Se podría decir que este elemento no pertenece al edificio, que es una parte de la naturaleza que existe en el interior del patio y que se desborda por una de las esquinas del conjunto, por el único punto en que parece que la creación del hombre no es capaz de contenerla. En este sentido, siguiendo la línea natural de esta idea, la escalera es un punto de escape, una escalera de bajada.
Ayuntamiento de Säynätsalo (fotografía J. Rieke)
«(…) Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso».
(Julio Cortázar – Instrucciones para subir una escalera)
Datos generales Arquitecto: Alvar Aalto Proyecto: Villa Mairea Situación: Noormarkku, Finlandia Año: 1937-1940 Fotografías: Jonathan Rieke (CC BY-ND 2.0), Andrew Carr (CC BY-NC-ND 2.0) Proyecto: Residencia Baker Situación: Instituto Tecnológico de Massachusetts. Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos. Año: 1946-1949 Fotografías: José Santos Torres Proyecto: Ayuntamiento de Säynäntsalo Situación: Parviaisentie 9, Säynäntsalo, Finlandia. Año: 1949-1952 Fotografías: Jonathan Rieke (CC BY-ND 2.0), Kimmo Virtanen (CC BY-SA 2.5)
* Artículo publicado por el autor en el blog Cosas de Arquitectos , el 16 de enero de 2015.
* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.
Quería comentar que la ubicación del proyecto: Ayuntamiento de Säynäntsalo y la situación indicada como el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Boston, Massachusetts, Estados Unidos, no es correcto.
Muchas gracias por la apreciación
Lo del ayuntamiento de Säynäntsalo es, evidentemente, un error de publicación.
En cuanto a la residencia Baker, supongo que te refieres a que el MIT no está Boston, sino en Cambridge, ¿verdad?
Lo he modificado.
Muchas gracias