Hoy, gracias a un artículo publicado en El País y a mis amigos de Licencia Histórica, he rememorado el viaje que hice ya hace cuatro años a Oxford y a Blenheim Palace.
El artículo tiene el interés justo pero al leerlo (en diagonal, todo hay que decirlo) me han surgido dos preguntas: ¿Qué pinta en la lista la Fallingwater House? y ¿Porqué no está Blenheim Palace?. También me he acordado de la visita a Villa D’Este, en Tívoli, pero eso fue en el lejano pasado del 2003. Si viajáis a Roma con tiempo suficiente, recomiendo una excursión de un día a Tívoli, para visitar Villa Adriana y Villa D’Este.
Volviendo al tema, para paliar esa importante ausencia, os muestro a continuación un recorrido por el exterior del Edificio. En el interior no dejaban hacer fotos y sólo era accesible una parte del mismo en la cual había una exposición sobre Winston Churchill, que nació allí.
El palacio se construye para el Duque de Marlborough como premio por su victoria en la Batalla de Blenheim de 1704 frente a Luis XIV de Francia. Se comenzó a edificar al año siguiente bajo las ordenes de John Vanbrugh, con la colaboración de Nicholas Hawksmoor, que a su vez trabajó con Christopher Wren.
La principal virtud del conjunto es su colocación dentro de un paisaje. Está situado en el borde noroeste de una pequeña meseta, sobre un lago, de forma que en la vista desde el mismo sus torres se recortan sobre el cielo. La ubicación y las intervenciones en el paisaje son tan sutiles que parecen no existir, buscando una relación con la naturaleza que no parta del dominio, sino de la búsqueda del genius loci.
Vista desde Blenheim Palace del puente sobre el lago y de la Columna de la Victoria
Aunque se trata de una residencia, su principal función es la de monumento militar y este carácter se aprecia en la contundencia del gran bloque principal, en el que se sitúan los espacios más importantes, salones y habitaciones, flanqueado por cuatro torres. El palacio (aunque tiene más carácter de castillo) se compone de ese bloque central y dos alas que se abren hacia el noroeste y en las que se encuentran las caballerizas y las estancias de servicio (ahora la tienda). En el centro se forma un patio, a modo de cour d’honneur, que a su vez configura la plataforma desde la cual se domina la campiña, el lago y, alineada con la geometría del palacio, la gran Columna de la Victoria.
Cour d’honneur de Blenheim Palace
A partir de estos edificios principales se extienden sobre la meseta otros edificios subsidiarios que en ciertos puntos descienden hacia el río adaptándose a la pendiente.
Ala suroeste de Blenheim Palace
El edificio es de estilo barroco y, reflejando la severidad militar propia de su carácter, se diferencia del barroco continental en su austeridad. A pesar de ello, en la fachada suroeste, el gran pórtico, la masividad de las torres y la ornamentación de las columnatas y las ventanas refuerzan la sensación de encontrarnos ante un edificio de marcado carácter militar.
Fachadas suroeste y sureste, abriéndose al Jardín Italiano
Por otro lado, la fachada sureste es mucho más comedida, respetuosa con la naturaleza, que en este punto se convierte en la protagonista del conjunto. El edificio, a pesar de sus grandes dimensiones parece posarse sobre la pradera y, alrededor de ésta, se configura el resto del jardín.
Blenheim Palace desde la pradera sur
El jardín fue diseñado por Lancelot «Capability» Brown, en torno a 1764, y se trata de uno de los mejores ejemplos del jardín inglés. Aunque la voluntad es que no exista una geometría rígida para asemejarse a la naturaleza, se trata siempre de una naturaleza domesticada, ya que nada es casual, todo está perfectamente pensado. Se puede considerar este jardín como un elemento arquitectónico en el que no es necesaria la arquitectura y cuyos elementos son los árboles, las praderas, los caminos o el agua.
Se trata de un jardín para pasearlo, que utiliza la perspectiva configurada por los propios elementos naturales para sorprender. A continuación incluyo algunas fotos de mi paseo. No es lo mismo, lo sé, pero que sirva como aliciente para ir a visitarlo.
Hay muchas más fotos. Algunas de ellas las he colgado, así que si queréis verlas sólo tenéis que entrar en mi «álbum Flickr», al cual se puede acceder desde este mismo blog (columna de la derecha).
* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.
Fantástico post. Lo compartiré en mi pagina https://www.facebook.com/RenacimientoyBarroco
Un saludo
Muchas gracias.
No conocía tu página. A partir de ahora la seguiré.
Saludos!
Enhorabuena por el artículo y las fotos, es lo más parecido a haber estado allí.
Muchas gracias. Me alegra que te haya gustado.
Si no has estado, te recomiendo que vayas, y entonces te darás cuenta de que es mucho mejor que las fotos, jejeje