Antonio Donghi. Donna al caffè


Paseaba yo hace unos días por el museo Cà Pesaro, en Venecia, cuando me sorprendió la obra de un autor que no conocía. Se puede pensar que no es sorprendente que te sorprenda algo en un museo de arte moderno, pero eso está cada vez más lejos de la verdad. A mi hace tiempo que el arte destinado exclusivamente a sorprenderme ha dejado de hacerlo. Y como en muchos casos esa es su única finalidad, ya no tiene absolutamente nada que ofrecer.

Afortunadamente, no sólo de instalaciones, performances, audiovisuales y abstracciones viven estos museos (atención, a algunas de estas obras sí les encuentro sentido, pero son pocas, la verdad, así que permítanme la generalización).

El museo Cà Pesaro no es grande, tiene el tamaño justo para acoger ciertas obras importantes y no hacerse pesado, ni tener que rellenar espacios vacíos. La colección ocupa una sóla planta del palacio, en la que puedes disfrutar con obras de Rodin, Chillida, Klimt, Kandisnky, Klee, Picasso o De Chirico. Así que como no se tarda demasiado en ver, me tomé mi tiempo en ver cada obra. Después de haber estado un rato admirando una gran obra como es Cosiendo la vela de Joaquín Sorolla (grande también por su tamaño, ya que es un lienzo de 3 x 2,2 m) concluí que ya había alcanzado el nivel de satisfacción suficiente para dar por bien pagada la entrada.

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«Cosiendo la vela».  Joaquín Sorolla (1896)

Pero aún así, esto no constituyó una sorpresa. A nadie sorprende quedarse un rato extasiado delante de las telas y las luces mediterráneas de Sorolla.

La sorpresa me esperaba en la siguiente sala, en la esquina junto a la puerta de acceso, probablemente el lugar que pasa más desapercibido. Sobre todo en una sala dedicada a la pintura italiana de los años 30, muy influenciada por la retórica y el historicismo heroico del régimen fascista, con obras de gran tamaño, fuerza y dramatismo.

Y en esa pequeña esquina (a la derecha de la puerta según miras el cuadro) se encontraba, tranquila y en silencio, la Donna al caffè de Antonio Donghi.

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«Donna al caffè». Antonio  Donghi (1932)
Con una técnica exquisita, Antonio Donghi pinta la cotidianeidad dotándola de la atmósfera sutil, tranquila y, a la vez, inquietante del «realismo mágico». Frente a los movimientos de la época, en busca de la abstracción, retorna a la figuración hiperrealista. Como es lógico, la imagen no hace justicia. Al ver el original se percibe la perfección del color y de los degradados, que le dan esa atmósfera difusa sobre la cual la destacan los motivos geométricos.
Pero no son motivos técnicos o estilísticos los que me llevaron a quedar cautivado por la imagen durante un indeterminado periodo de tiempo (y volver, antes de salir definitivamente del museo porque me invitaban educadamente a irme). Fue la sensación de que la Donna estaba allí, esperando por su café mientras veía pasar a la gente que se paraba, pero no para hablar con ella, sino con Kandinsky o De Chirico.
Una cierta sensación de empatía.

El Negozio Olivetti en Venecia, de Carlo Scarpa

Escribía con gran acierto el maestro Bruno Zevi en su «Saber ver la Arquitectura» que lo que diferencia a ésta del resto de las Bellas Artes es el espacio, ya que sin él no existiría. Incluso afirma que el Partenón no es arquitectura, ya que no recoge un espacio interior. Bajo mi humilde punto de vista, si bien eso es cierto, la realidad es que aunque no defina un espacio habitable en su interior (sólo para un dios, pero por lo visto, para él ellos no cuentan), sí modifica y categoriza el espacio que le rodea, por lo que debe de ser considerado arquitectura.

Como curiosidad, si hacéis una búsqueda en la web de imágenes de portadas de distintas ediciones de este libro encontraréis que la de la editorial Poseidón muestra en la portada precisamente el Partenón, lo cual significa que no sólo no saben ver la arquitectura, sino que no se han leído el libro que publican (o no saben lo que es la lectura comprensiva)… y ni siquiera se han dado cuenta de que no es un templo dedicado a Poseidón.

Hablábamos del espacio como el leitmotiv de la arquitectura y la primera imagen que me viene a la mente es el Pantheon de Agripa en Roma, que es espacio en si mismo, un colosal y maravilloso espacio. Pero esta es sólo mi primera imagen, cada uno tendrá la suya, y hay ejemplos de todo tipo: la Catedral de Sevilla, el gran vestíbulo de la estación Grand Central en New York, la maravillosa iglesia de Sant’Andrea al Quirinale en Roma de Bernini, la Gran Sala de Polícromos de las cuevas de Altamira o la Galería de los Espejos de Versalles.

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Grand Central Station. New York.

Pero todos estos ejemplos tratan de espacios imponentes y magníficos que tienen un sentido representativo o espiritual, o ambos.

La reforma del Negozio Olivetti, proyectada por Carlo Scarpa y terminada en 1958, es una maravillosa muestra de cómo la gran arquitectura, la de los espacios trascendentes, también puede encontrarse en lugares pequeños y (aparentemente) vanales, como un establecimiento de venta de máquinas de escribir.

El lugar donde se encuentra, la plaza de San Marcos de Venecia, no es el más indicado para llamar la atención mediante artificios, ya que el público tiene edificios más «importantes» a los que atender. Millones de personas pasan cada año por delante de la tienda sin imaginar siquiera lo que tienen a su alcance. Pero es precisamente ésto lo que se pretende, la belleza natural de lo intrascendente, desde la humildad de quien sabe dónde se encuentra y qué se espera de él y desde el cuidado del detalle frente a la exuberancia.

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Soportal de la Plaza de san Marcos desde el interior.

Estamos hablando de un volumen de 21 metros de profundidad, 5 de anchura y 4 de altura aproximadamente. Un espacio realmente angosto en el que trabajar. Parece que sería necesario reducir los elementos volumétricos al mínimo y desplazarlos hacia las medianeras, y abrir toda la superficie de fachada a la plaza ¿verdad? En lugar de ello el proyectista opta por enfatizar el eje central colocando en él la impresionante escalera, que se convierte en el elemento más importante, y una escultura de grandes dimensiones de Alberto Viani, además de convertir el pilar central en un elemento principal, en lugar de tratar de esconderlo, y abrir sobre él la doble altura que comunica las dos plantas.

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Vista del eje central desde la planta primera, sobre la escalera.

El hueco central desplaza las comunicaciones y los pequeños espacios expositivos a los dos lados largos, totalmente cerrados al exterior. Esta disposición y el diseño de los elementos del pilar consiguen que los pasillos parezcan flotar, a pesar de su masividad. No trata simplemente de utilizar la estructura para su propósito, sino que la dignifica, separándola de los elementos que sustenta y dotándola de un diseño específico.

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Detalles del encuentro de la estructura vertical y horizontal.

En torno a este hueco, la planta superior es practicamente ciega al exterior. Ignora la plaza para volcarse al interior y para no distraer la mirada, en un gesto intimista. El día de la visita, tras la amenaza de «aqua alta» del día anterior, fue soleado y la plaza estaba llena de gente. En cambio, yo estuve más de media hora en el interior y me crucé con 4 o 5 personas (y os aseguro que no es tan grande como para perderse). Posiblemente esto, junto a la música suave, influyó en la percepción de esta atmósfera, como una burbuja de calma entre el ruido de los turistas.

La suave iluminación se consigue mediante elementos encastrados en las paredes con un vidrio traslúcido, verticales y horizontales y de dimensiones diferentes entre si, que caracterizan cada zona dependiendo de lo que se pretende mostrar (largos elementos horizontales sobre las colecciones de máquinas de escribir o franjas verticales en zonas de paso).

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 Vista de la planta superior

Las ventanas ovales que dan a la plaza se componen de marcos y celosías de madera de palisandro y teca y colocadas a media altura y alineadas con las luminarias de pared, de forma que no se trata de un elemento de contemplación del exterior, sino de iluminación y de diseño.

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Ventana a la plaza de San Marcos

La organización del espacio está, por tanto, ligada a la forma longitudinal y al vacío que la recorre, pero el elemento protagonista, desde el momento en que pones el pie en el interior, es la escalera. He desarrollado el post en sentido inverso al del recorrido habitual, de arriba a abajo, para que la imagen de la escalera no dejase de lado la importancia de la estructura o de la iluminación.

Está construida con piezas individuales de marmol, todas ellas diferentes, y, a pesar de su masividad, parecen flotar. Esta masividad y las formas angulosas la convierte en una imponente pieza escultórica. La escalera es, evidentemente, el núcleo de comunicación vertical, pero su tamaño y su presencia la transforman en la pieza más importante, en el foco de todo el espacio.

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Vista de la escalera y detalle.

La visita al Negozio Olivetti es una de las grandes olvidadas por el turismo que visita (o arrasa) la ciudad de Venecia. Por un lado es una pena que tanta gente ignore siquiera su existencia, pero por otro lado, ¿qué ocurriría si hubiese grandes colas para verlo, como en la basílica? ¿Os imagináis a la guía de un crucero, paraguas en alto, dirigiendo a un grupo de 50 señoronas rusas….? No, no, no….
Mejor que se quede como está. Si queréis visitarlo, con calma y en silencio, como si fuese un espacio de otra dimensión en el que todo va más lento frente a la vorágine del exterior… ¿o quizá realmente lo es?

Para saber más: http://www.negoziolivetti.it/

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Cuatro iglesias históricas de Verona

Todo aquel que haya visitado cualquier ciudad italiana sabe que, vaya por donde vaya, se encontrará una iglesia, una catedral, un baptisterio o un campanile… o todo a la vez. A los españoles esto no nos sorprende, ya que estamos acostumbrados a ver iglesias en nuestras ciudades, y todos los pueblos, por pequeños que sean, tienen su iglesia, más o menos rica, más o menos bien conservada y más o menos grande (aunque lo habitual es que dentro quepa toda la población del municipio y sobre espacio).

Verona no es una excepción, por supuesto. La importancia de esta ciudad a partir de la época romana ha permitido la edificación continuada de todo tipo de templos (cristianos, a partir de la cristianización del Imperio Romano) y de los edificios anexos, por lo que la ciudad está plagada de edificios religiosos.

Con el fin de mantener y divulgar este patrimonio se creó la Associazione Chiese Vive, que propone un recorrido por las cuatro «Iglesias Históricas» de Verona. Por módico precio (6 € por la entrada en las cuatro me parece módico de verdad, sobre todo si se emplea en su restauración, mantenimiento y divulgación) es posible hacer un recorrido por siglos de arquitectura véneta. Y es que la historia de los cuatro edificios es la historia del desarrollo de la arquitectura religiosa desde los primeros templos paleocristianos hasta nuestros días.

Como podréis comprender, mi fuente de información sobre los acontecimientos históricos que originaron su construcción y todos lo avatares posteriores ha sido la documentación que la Associazione Chiese Vive pone al alcance del público. No pretende este post ser el resultado de un estudio en profundidad de cada uno de ellos, ya que muchos anteriormente lo han hecho, seguramente mejor de lo que lo podría hacer yo. Se trata simplemente de continuar con la labor de divulgación de esta Asociación, ya que entiendo que es un ejercicio que se debería hacer con todo el Patrimonio, de cualquier lugar del mundo, para despertar la inquietud, el interés o el amor incondicional por el Patrimonio Mundial, que es el de todos (Tranquilidad, cuando tenga oportunidad continuaré haciéndolo con el patrimonio español, igual que espero que algún italiano esté escribiendo un blog similar a éste sobre España).

Para entender los edificios en algunos casos no es suficiente con las fotos incluidas: el espacio es limitado y este no es un blog (sólo) de fotografía. Os recomiendo que paralelamente a la lectura visitéis mi albúm en Flickr, al que podéis acceder desde la columna de la derecha.

Comenzaremos el recorrido por la Basílica de San Zeno, cuyo origen se remonta al enterramiento paleocritiano de San Zeno, obispo de Verona a mediados del siglo IV. Diversos sucesos modificaron la estructura y la composición del conjunto hasta el levantamiento de la Basílica con la estructura actual a finales del siglo XI y durante todo el siglo XII.

El edificio tiene planta basilical de tres naves, que se muestran claramente en la armoniosa composición de la fachada, cuyos elementos más importantes son el pórtico, muy característico de la región del Véneto, y el gran rosetón central, de clara influencia gótica, ejecutado con posterioridad al conjunto de la Basílica y que supuso el levantamiento de la nave central.

El claustro adosado al templo es uno de los pocos restos, junto con la torre de la Abadía, del pasado monástico del conjunto.

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Basilica de San Zeno. Claustro

En la gran nave central destaca el orden alternado de estilizadas columnas y grandes pilastras compuestas sobre las que descargan los altos muros de la nave central y la magnífica cubierta artesonada de madera. Al fondo, rompiendo la caja que forma la canónica planta basilical, se levantó a finales del siglo XIV la Capilla Mayor, cubierta por bóvedas nervadas góticas profusamente decoradas, como es habitual en el gótico italiano al contrario que en el resto de Europa.

En el retablo se encuentra la Majestuosidad de la Virgen, de Andrea Mategna, una de las obras maestras de la pintura renacentista del noreste de Italia.

La iglesia cuenta con tres niveles: el nivel de acceso, que ocupa gran parte de las naves, el nivel superior, reservado en su día a la nobleza y el clero, y la cripta. Esta última data del siglo X y está levantada con elementos recuperados de edificios anteriores.

Tanto el interior como el exterior del edificio destacan por la sobriedad de sus formas, pero la utilización de los diferentes tipos de piedra y fábrica y el colorido aportado por la decoración,  aumentan la sensación de ligereza ya presente por la altura y la iluminación, más propias del gótico que del románico. Es de suponer que en un principio la iglesia fue bastante más oscura y que las modificaciones llevadas a cabo en los siglos XIII y XIV son las que la han dotado de su actual presencia, sobre el trazado basilical original.

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Basilica de San Zeno. Nave central

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Basilica de San Zeno. Bóveda sobre el Altar Mayor

Al igual que la Basílica de San Zeno, la Catedral de Santa María Matricolare se levanta sobre el emplazamiento de previo de lugares de culto romanos y paleocristianos. En realidad, podemos hablar de un auténtico conjunto catedralicio que incluye también a la Iglesia de San Giovanni in Fonte (el Baptisterio), la Iglesia de Santa Elena, el claustro de los Canónigos y la Biblioteca Capitular. La Catedral adquirió su configuración actual, de planta basilical con un gran ábside en cabecera, tras el terremoto de 1117.

Las tres naves que la forman están cubiertas por bóvedas de crucería sencilla. En la nave central, los arcos perpiaños ligeramente apuntados y la planta sensiblemente cuadrada de los tramos indican que los arcos diagonales deben tener una geometría muy cercana a la semicircunferencia. En el caso de las naves laterales, de gran altura, los tramos son claramente rectangulares, lo que explica la pronunciada forma apuntada de los perpiaños.

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Duomo de Verona. Nave principal

La profusa decoración interior data de los siglos XV y XVI, así como la construcción de las dos grandes capillas laterales, cubiertas ambas por cúpulas de planta oval sobre pechinas, adaptándose a la planta rectangular, propias de la arquitectura barroca de esa época.

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 Duomo de Verona. Cúpula barroca sobre la Capilla de la Virgen del Pueblo.

Del resto de los edificios que componen el conjunto merece una mención el Baptisterio de San Giovanni in Fonte. Construido a principios del siglo XII, está formado por tres sencillas naves separadas por sencillos arcos de medio punto y cubiertas por armaduras de madera. Como elemento estructural destaca la perfecta bóveda de fábrica del ábside, por su geometría y por la materialidad que le otorgan las hiladas de ladrillo que la forman.

En el centro de la nave principal se encuentra la gran pila bautismal, de forma octogonal y tallada en un solo bloque de mármol. Una joya de la escultura románica.

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Duomo de Verona. Interior del Baptisterio

La Iglesia de Santa Anastasia, como no podía ser de otra manera, se levanta sobre dos templos anteriores, uno dedicado también a Santa Anastasia y otro a San Remigio. Se trata de la Iglesia más grande Verona, comenzada a construir en la última década del siglo XIII y cuyas obras se prolongaron durante aproximadamente dos siglos, a pesar de lo cual nunca se finalizó, ya que la fachada permanece incompleta.

Se trata de un magnífico ejemplo del gótico italiano. Sus tres grandes naves están cubiertas por bóvedas de crucería atirantadas con los paños de plementería decorados con pinturas, sobre los que se marcan los nervios. De la misma manera los arcos perpiaños y formeros se encuentran decorados tanto en los alzados como en el intradós.

Este sistema de cobertura se apoya sobre grandes columnas lisas de marmol rojo, de forma que se asemeja a la bóveda de un bosque sobre los estilizados fustes de los árboles.

La iglesia cuenta con una importante colección de obras de arte, entre las que destaca el fresco San Jorge  y la Princesa, obra maestra de Pisanello.

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Iglesia de Santa Anastasia. Nave central

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Iglesia de Santa Anastasia. Bóveda sobre el crucero

A orillas del rio Adige se encuentra la Iglesia de San Fermo. La peculiaridad de este edificio es que, en realidad, contiene dos iglesias de estilo románico: la inferior, para la conservación de las reliquias de San Fermo y San Rústico, y la superior, para el culto y celebraciones habituales. Fueron levantadas entre los años 1065 y 1143, y la superior, que se puede visitar actualmente, se  reedificó a mediados del siglo XIII sobre los restos de la anterior.

Así, los absides laterales son románicos, restos probablemente de la primera iglesia, y el ábside central es gótico. Por su parte, el interior de la Iglesia superior se ha reformado con el paso del tiempo, añadiendo altares y capillas funerarias, en su mayor parte de estilo renacentista.

La continua sucesión de intervenciones y la demora en el tiempo de su construcción se refleja en la variación de los materiales empleados, muchos de ellos reutilizados.

Las bóvedas de los ábsides y las capillas laterales están decoradas con frescos, la mayor parte de ellos del siglo XIV con motivos típicos de la orden franciscana, que en esa época habitaba el monasterio al que pertenecía la iglesia. La cubierta de la única nave que forma la iglesia es un complicado artesonado de madera que forma una bóveda atirantada.

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Iglesia de San Fermo. Fachada

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Iglesia de San Fermo. Bóvedas sobre el ábside lateral

Estos cuatro grandes edificios forman un recorrido completo sobre la historia de la construcción religiosa de la ciudad de Verona, con los propias características dentro de la región del Véneto. Se trata de un conjunto muy heterogéneo, debido sobre todo al desarrollo de las construcciones durante largos periodos de tiempo, y entendidas como conjuntos y no como edificios individuales.

En todos los casos se puede observar una superposición de estilos que, si bien puede resultar extraña en algunos casos, forma conjuntos armónicos y bien solucionados (en casi todos los casos, aunque no todos). La idea de la convivencia de los estilos, aceptada con naturalidad cuando se trata de edificios históricos, se convierte en un tema complejo cuando se incluye la arquitectura contemporánea. Pero creo que no es el momento de desarrollarla, será objeto de otro post en el que comentaremos ejemplos de todas las épocas.

Si tenéis tiempo os aconsejo que, con las imagenes en la cabeza, visitéis algunas de las iglesias que, con toda seguridad, tenéis cerca. Os daréis cuente de las grandes diferencias que, sobre las mismas bases estilísticas, existen entre diferentes países (y entre regiones, por supuesto).

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Carlo Scarpa y el museo de Castelvecchio (Verona)

Continuando con el «percorso» por el noreste italiano, no podía faltar la visita a Verona. Se trata de una de las ciudades más prósperas de Italia y, al mismo tiempo y como no podía ser de otra manera, cuenta con un patrimonio  historico importantísimo.

Hoy no voy a contar nada sobre los edificios de época romana, como la Arena, sobre las grandes iglesias de todos los estilos, los palacios ni, por supuesto, la casa de Giulietta. Hoy nos vamos a un museo…

El ejemplo más importante de la arquitectura civil de Verona es el Castelvecchio (Viejo Castillo), construido a mediados del siglo XIV. El edificio por si mismo es digno de una visita, de un paseo por el patio de armas, las torres o las murallas, pero la sorpresa se encuentra en el interior. Dos de las alas del castillo se encuentran ocupadas por el Museo Cívico de Arte.

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¿Y vamos a pagar por entrar en un museo con todo lo que hay que ver? Pues si, y no te vas a arrepentir.

En el interior se encuentran importantes obras de artistas como Pisanello, Bellini o Tintoretto pero, a decir verdad, en las dos ocasiones en que lo he visitado apenas me he fijado en el contenido. Éste ha sido ampliamente superado por el continente.

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La rehabilitación de las alas del castillo y del patio para acoger el museo se desarrolló durante más 15 años, desde 1957 hasta 1974, aunque la apertura del museo fue anterior. El encargado del diseño y de la redacción de los  proyectos fue el arquitecto veneciano Carlo Scarpa (1906-1978).

Se trata de una actuación en un edificio que, a partir de su origen medieval, ha tenido una historia compleja que poco a poco lo ha transformado en lo que actualmente es. En este enlace encontraréis un interesantísimo artículo (en inglés) que narra el desarrollo del edificio y su influencia en la rehabilitación llevada a cabo por Scarpa.

La lectura de la historia le da un sentido especial a la posterior lectura del edificio. Es una pena que no se explique antes de entrar a visitarlo.

La rehabilitación llevada a cabo parte del respeto inicial por lo existente. Los nuevos elementos que forman la obra conviven con los antiguos pero, en apariencia, sin llegar a modificarlos: los pavimentos modernos y los falsos techos no tocan los muros, las carpinterías se deslizan sobre ellos, las escaleras parecen flotar.

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Incluso las obras se colocan sobre elementos modernos que las separan de los paramentos, consiguiendo magnificar su presencia.

Todos los elementos presentes forman parte del proyecto inicial. Marcos, pedestales, caballetes o mesas fueron diseñados específicamente para cada obra y forman parte del conjunto arquitectónico.

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Este efecto lo utiliza en dos sentidos: la separación de los elementos parte del respeto por lo antiguo y la voluntad de ponerlo en valor, pero simultáneamente logra que los elementos modernos cobren una especial importancia. Y lo alcanza a partir la materialidad y de la atención al detalle.

Partiendo de una obra de fábrica cerámica y madera, utiliza elementos específicos de acero, hormigón y vidrio para enfatizar o esconder los elementos que desea. Se trata de una actuación dirigida y premeditada.

Por ejemplo, en la foto siguiente, la potente carpintería de acero no hace otra cosa que revelar la existencia de un acceso que, de otra forma, habría pasado por un simple arco de medio punto.

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De la misma manera, utiliza las texturas y el color para diferenciar los recorridos de lo existente. Las losas de hormigón parecen ligeras al flotar separadas de los muros fábrica y la línea de las carpinterías de acero negro enmarca los elementos sobre los paramentos.

La atención por los detalles, la sutileza de la composición y la utilización de la luz y la importancia de la elección de los materiales indican la influencia de la cultura japonesa, así como de la arquitectura de Frank Lloyd Wright.

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Pero esta actitud de respeto esconde la verdadera realidad del edificio existente antes de esta rehabilitación. A principios de siglo ciertas actuaciones incluyeron elementos que nunca pertenecieron a la historia del edificio, en una restauración que, en base a las actuales ideas, es cuanto menos discutible. Por ejemplo, los grandes arcos góticos de las fachadas no pertenecieron nunca al castillo, sino que fueron tomados de un edificio cercano.

En lugar de eliminar estos elementos, superpone al interior la potente carpintería de acero, separada, que se convierte en la más importante. A partir de esta idea (y de las palabras del propio Scarpa) se puede entender que la superposición de elementos también busca, intencionadamente, la puesta en valor de la propia obra.

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Mención especial merece el diseño del patio que separa las galerías del museo. La definición de los recorridos, mediante plataformas, balcones y pasarelas es una obra maestra del diseño, con una especial atención a la utilización de los materiales, al detalle de los encuentros, a la luz y la perspectiva.

A partir de un simple patio rectangular compone una estructura tridimensional de recorridos complejos y de visuales, dominados siempre por la estatua ecuestre de Cangrande della Scala, un prohombre de la sociedad Veronesa.

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Es realmente complicado recoger en fotografías la complejidad de este espacio, pero espero que se comprenda. Si queréis ver más imágenes visitad mi álbum flirck, y si tenéis cualquier duda o comentario, estoy a vuestra disposición.

Los cientos de dibujos que acompañaron todo el proceso son una documentación de gran valor para comprender el proceso de diseño de todos y cada uno de los elementos que componen el edificio. Algunos de ellos podéis verlos en esta página web.

Este es uno de los edificios que más me han impresionado al visitarlo, a pesar de que ya lo conocía por fotografías. Espero que os haya gustado y que, si pasáis por esta zona de Italia, no os vayáis sin visitarlo. Después podéis ir a tocarle el pecho a la estatua de la casa de Giulietta, pero ya no os importará tanto…

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Venecia: Sobre puertas y ventanas

Cuando se recorre una ciudad como Venecia una de las primeras cosas que llama la atención es la ausencia de tráfico. Aunque se puede decir que sí hay, ya que la gente se desplaza en barcas a motor, la sensación de ruido y de velocidad es prácticamente nula y, de haberla, sólo existe en los canales más grandes.

Una vez comienzas a callejear todo eso desaparece y la relación del caminante con la ciudad cambia. Venecia es una ciudad a escala del hombre, no de la máquina, y la relación de los edificios, las casas y los palacios, es una relación tan cercana que pasa de la vista al tacto.

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Esta relación del interior con el exterior se realiza a través de las fachadas y de sus huecos, de los materiales y de la composición. Y también de los carteles y las pintadas.

Hoy os dejo una serie de imagenes que ilustran esta conexión entre lo privado y lo público.

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Al observar estos huecos hay que tener en cuenta la relación de amor-odio que existe en Venecia entre el interior y la calle. Si os fijáis la mayor parte de los huecos son opacos, o están cerrados. Debe ser bastante complicado vivir en un lugar en el que los huecos están tan cerca de la calle, una calle llena siempre de desconocidos.

La ciudad se desarrolló en un contexto en el que la vida vecinal en la calle era la forma de relación más habitual y, tal y como la conocemos hoy, los espacios siguen siendo los mismos, pero las relaciones sociales no. Se podría decir que prácticamenta han desaparecido.

Probablemente parte del encanto de estas calles laberínticas es precisamente la sensación de encontrarse en un lugar que no es el tuyo, sino el de los vecinos que un dia vivieron en ellas, de ser un intruso.

Poco ha poco Venecia ha ido cambiando y, del escenario de la vida de sus habitantes, se ha convertido solo en eso, un escenario, un decorado para los miles de turistas que la visitan (la visitamos) todos los días.

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Cuando paseas por estas calles estrechas los materiales que componen las fachadas están al alcance de la mano. La percepción de las fachadas ya no sólo llega a través de la vista, sino que el tacto cobra protagonismo.

Es una lástima que en las fotografías el sentido del tacto no sirva de nada. Aún así se ha intentado que la textura y el color den una idea de la realidad.

La degradación de las fachadas nos permite conocer la realidad de lo construido y, en algunos casos, del desarrollo de los edificios a lo largo del tiempo. Como ejemplo, en la fotografía siguiente se muestra un hueco adintelado, pero el desconchón permite intuir la existencia previa de un arco de fábrica que anteriormente formaba el hueco.

 

Como ya apuntaba en el blog anterior, el estado de degradación de las fachadas es generalizado. Es seguro que se debe a un ambiente altamente agresivo, principalmente por causa de la humedad, pero en muchos casos da la sensación de que es, si no voluntario, sí permitido y aceptado por todos como parte del decorado.

Esa sensación de ciudad antigua, decadente, aporta a Venecia gran parte de su encanto. Hablamos de la poética de la ruina, del implacable paso del tiempo y de su acción sobre las obras del hombre. Hablamos de Romanticismo.

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* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Venecia: Un paseo entre canales

Como muchos ya sabréis, por motivos de trabajo estoy pasando una temporada en el Véneto. Tengo la suerte de estar a una media hora en tren de «La Serenissima» y esa es la razón por la que varios de mis próximas entradas del blog estarán dedicadas a ella.

Venecia es, en muchos aspectos, una ciudad única. Muchas ciudades en el mundo tienen una red de canales, en algún caso incluso más extensa, pero ninguna de ellas le ha sacado el partido que han conseguido sacarle los italianos a esta ciudad. En los próximos posts trataré de «desenmascararla», de saber qué la ha convertido en lo que hoy puede visitarse.

La imagen que (casi) todo el mundo tiene es la de la Plaza de San Marcos y el Gran Canal, pero creo que los mayores atractivos de Venecia no son esos. Al menos no lo son para mi, aunque por lo visto miles de personas de todo el mundo no están de acuerdo conmigo. Es en estos lugares donde la ciudad deja de ser «Serenissima» para convertirse en un parque de atracciones, con sus multitudes, sus colas, sus guías turísticos, sus puestos de máscaras de plástico y sus pakistaníes vendiéndote flores (que para eso es la ciudad de los enamorados).

Un apunte: si algún lector está pensando en un viaje romántico con su pareja, que no elija Venecia, porque pasará unas vacaciones estupendas con su pareja… y con un señor alemán de metro noventa, una excursión de jubiladas francesas que bajan de un crucero y los amigos pakistaníes.

Hoy os propongo un paseo por el Sestriere de Santa Croce, que no se encuentra dentro de la zona más turística (aunque, por supuesto, siempre hay despistados) pero que, como veréis merece la pena conocer.

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En toda la ciudad la red de canales se intercala con una red de calles, todas peatonales por supuesto, y plazas. El escaso espacio existente para construir implica que tanto las calles como los canales son, en general, muy estrechos y los edificios, en comparación con ellos, bastante altos

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Los muros de fachada de muchos edificios son los que forman los propios canales. Esto explica, en gran parte, el estado en el que se encuentran los paramentos, sobre todo en las zonas en contacto con el agua.

La inmensa mayoría de los edificios son de ladrillo revestido. Como es lógico la humedad degrada los materiales a mayor velocidad que en otras ciudades donde las condiciones no son tan agresivas. A pesar de todo, da la sensación de que muchas zonas el mantenimiento se ha dado por perdido… o quizá se mantiene así a propósito, en un intento de mantener esa imagen decadente de la ciudad que (no vamos a negarlo) tiene mucho encanto.

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Se  trata de una ciudad muy complicada para desplazarse, imposible para personas con movilidad reducida. Como es lógico, no hay pendientes, pero todos los puentes tienen escaleras.

Y desplazarse sin un buen plano es una aventura: calles con curva, pasadizos, calles que sólo son canales y otras que terminan en patios traseros sin salida.

Pero eso no es problema, porque en realidad el encanto de Venecia está en perderse por sus calles estrechas. Si alguien no me ha hecho caso y finalmente hace un viaje romántico, cuando vea en las paredes flechas que le indican «San Marco» o «Rialto» que no las siga… allí les está esperando un crucero entero de japoneses.

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En los próximos días iré contando más cosas, no quiero escribir posts demasiado largos, no se trata de eso, sólo de hacer pequeños apuntes de viaje.

Si queréis ver más fotos las iré colgando poco a poco en Flirck.

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Basílica Palladiana. Vicenza (Italia)

Se podría decir que el edificio más imponente de la ciudad de Vicenza y el que mejor define la arquitectura urbana de Andrea Palladio es el Palazzo della Ragione. El proyecto y la construcción supusieron su reconocimiento como uno de los más importantes arquitectos de la época y el nacimiento de un nuevo estilo de arquitectura: la Arquitectura Palladiana. 

Mi interés por esta magnífica obra fue muy temprano: allá por el año 1996 decidí incluir una vista de la Basílica en el ejercicio final de curso de la asignatura Análisis de Formas I, en mi primer año en la Escuela de Arquitectura (he de decir que aprobé, lo cual no era tan fácil como puede parece).  La perspectiva era muy similar a la fotografía siguiente, aunque simétrica y sin el campanile, que no pertenece al proyecto de Palladio.

Basílica Palladiana - Fachada NorteLogia de la Basílica Palladiana. Fachada Norte.

A finales del siglo XV se levantó una logia doble circundando el antiguo Palazzo della Ragione. Pocos años después de la finalización de las obras colapsó parte de la construcción y, durante los siguientes 50 años, se debatió sobre la reconstrucción y se presentaron varios proyectos por parte de importantes arquitectos de la región. Finalmente se aprobó el proyecto de Palladio que, en aquel momento, solo era un joven arquitecto local.

Basílica Palladiana - Logia OesteLogia de la Basílica Palladiana. Fachada Norte.

La logia se compone de dos órdenes que circundan por completo el antiguo edificio. Se trata de una estructura en serie formada por tramos de arcos de medio punto, sustentados por columnas, flanqueados por huecos adintelados. Los arcos son todos iguales mientras que los huecos varían en dimensión, de forma que el conjunto se adapta a los huecos preexistentes pero apenas se hace perceptible en el conjunto.

P1040943Detalle de las arcadas

Se trata de una de las obras más importantes del Cinquecento en la región, tanto por su carácter artístico como por su volumen y coste. Las arcadas se ejecutaron completamente en piedra, cuando en la arquitectura de Palladio el material estructural principal es la fábrica de ladrillo, revestida en las fachadas principales por placas de piedra o morteros.

P1040964Detalle interior de las arcadas. Planta baja

El interior de la logia se distribuye y utiliza de forma que se asemeja a un conjunto de calles, donde los negocios y la vida de la ciudad se desarrollan con total normalidad. El edificio no es un  elemento sobre la ciudad, sino que se abre y permite que la ciudad se introduzca en él.

Basilica Palladiana. Calle interior transversalCalle interior transversal

Basílica Palladiana. Interior de la logia en la fachada surInterior de la logia en la fachada sur

Los espacios interiores están cubiertos por bóvedas de arista de fábrica de ladrillo, en contraste con la piedra de la fachada exterior. Se trata de un material mucho más económico y muy utilizado en la región. Por otro lado, la utilización de estas pequeñas piezas permite la adaptación de las bóvedas a las diferencias de longitud entre los tramos.

Basílica Palladiana. Escalera a la logia superior.Escalera a la logia superior.

Andrea Palladio trató de poner en valor la arquitectura clásica romana. Así, él mismo llamó «Basílica» al Palazzo della Ragione en reconocimiento a la basílica romana, donde se trataban asuntos de estado y de negocios.

La misma utilización de los órdenes clásicos al exterior y las bóvedas de ladrillo tienen su origen en los grandes edificios romanos (p. ej. la Basílica de Majencio o las Termas de Caracalla, en Roma)

Basílica Palladiana. Logia Superior. DetalleLogia superior. Detalle del encuentro con el edificio preexistente

Basílica Palladiana. Detalle del acceso al campanileLogia superior. Detalle del acceso al campanile

Años después de haber dibujado este edificio tuve la oportunidad de visitarlo (ésta es la segunda vez, y probablemente no será la última) en mis últimos años de carrera. Ya no era aquel chaval de 18 años que apenas sabía lo que estaba dibujando, pero ver en vivo una obra como ésta, que fue uno de mis primeros acercamientos a la Arquitectura (con mayúscula), fue uno de los mejores momentos de mi vida (como arquitecto, claro).

«Si no puedo dibujarlo, es que no lo entiendo» (At. Albert Einstein)

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

El Teatro Olímpico de Vicenza (Italia)

La ciudad de Vicenza está situada en la región del Véneto, a unos 60 km de Venecia. Durante el siglo XVI vivió y desarrolló allí su trabajo Andrea Palladio, uno de los más importantes arquitectos de la época. Sus obras transformaron la ciudad y se encuentran por toda la región del Véneto. Tanto es así que desarrolló todo un estilo llamado Arquitectura Paladiana que ha sido modelo de importantes edificios en todo el mundo (Por ejemplo, obras de Thomas Jefferson – que además del tercer presidente de EEUU fue, entre otras cosas, arquitecto – como su residencia en Monticello, el Capitolio de Virginia y la Casa Blanca).

Vicenza y las Villas Paladianas son Patrimonio de la Humanidad desde 1994 y 1996, respectivamente.

Uno de los edificios más interesantes de los proyectados por Palladio, por su estudio de la arquitectura clásica es el Teatro Olímpico.

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Patio de acceso al Teatro Olímpico

En el año 1580 la Academia Olímpica de Vicenza decidió construir un teatro permanente para realizar representaciones clásicas que, hasta ese momento, tenían lugar en teatros efímeros de madera en distintos lugares de la ciudad.

El proyecto fue encargado a Andrea Palladio, que en ese momento era a su vez una de los miembros de la Academia. El encargo le permitió acometer el diseño de uno de los edificios más simbólicos de su admirada arquitectura clásica: el teatro romano.

Para su construcción el Comune di Vicenza cedió un espacio limitado en profundidad, por lo que el proyecto tuvo que adaptarse para incluir las cuatro parte del teatro romano: la cavea, la orquesta, el proscenio y el escenario fijo, para lo cual la cavea se tranformó en una elipse.

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Teatro Olímpico. Planta

El proscenio se divide en tres franjas horizontales, cuya altura, detalles y volumenes van disminuyento de abajo a arriba, de forma que se simula la disminución del  detalle en la percepción del ojo humano en un elemento visto desde su base. Así, en el primer tramo se encuentram columnas exentas, nichos profundos y estatuas con gran detalle, que, en el segundo tramo, se convierten en semicolumnas y en huecos y figuras de menor tamaño y, en el tercer tramo, se convierten en un bajorelieve sobre las 12 Pruebas de Hércules.

 

Tras el lienzo que forma el proscenio se desarroll el escenario fijo. Se trata de un  escenario tridimensional, formado por cinco calles que disminuyen en sección, tanto en anchura como en altura, de forma que se crea una impresionante sensación de profundidad.

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Teatro Olímpico. Proscenio y escenario

Andrea Palladio murió en el mismo año 1580, sin ver la obra acabada. La continuó su hijo Silla y la finalización de las obras del escenario la llevó a cabo Vincenzo Scamozzi. En el proyecto de Palladio sólo se incluía la calle central del escenario y las cuatro calles laterales fueron añadidas, con magnifico criterio, por Scamozzi.

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Teatro Olímpico. Proscenio y escenario

El resultado es una de las obras maestras de la Arquitectura Renacentista, fruto de un profundo estudio de la Arquitectura Clásica y de la aplicación de las leyes de la perspectiva a la creación de un espacio armónico y sorprendente.

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.

Iglesia de Santa Sofía. Padova (Italia)

Durante las próximas semanas (aún no sé exactamente hasta cuando) estaré trabajando en Padova, a unos 25 km de Venecia. Eso quiere decir que aprovecharé los próximos post para hacer un recorrido por la región del Véneto. En esta región del Norte de Italia se encuentran, aparte de la propia Venecia, ciudades como Vicenza, Verona, Trieste o Ferrara, con un importante patrimonio histórico-artístico.

La propia ciudad de Padova tuvo un desarrollo cultural, político y religioso particularmente importante durante la Edad Media y el Renacimiento,  y cuenta con un conjunto artístico de primer nivel. En la ciudad vivieron figuras de la talla de Giotto, Donatello, Mantegna o Galileo Galilei y durante este periodo se levantaron los edificios que configuraron la estructura urbana, de calles estrechas y porticadas y grandes plazas monumentales, que se conserva hoy en día.

Una de las más antiguas iglesias de Padova es la de Santa Sofía, construida en el estilo románico propio de la región entre los años 1106 y 1127, sobre los restos de templos anteriores que pueden adivinarse en ciertas zonas del edificio.

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Vista de la fachada principal de la Iglesia de Santa Sofía

A la fachada principal se accede por una estrecha calle porticada que se abre en una pequeña plaza. La dimensión de la calle implica que esta fachada sea la única que puede verse en su verdadera dimensión. En la misma se adivina la división interior en tres naves, con cubierta inclinada. La importancia de la nave central la resaltan los huecos y hornacinas, tipicos de la arquitectura de la región del Véneto, y el frontón superior.

La fachada presenta una pronunciada inclinación hacia el exterior que, según la documentación histórica existente, se produo durante su construcción a causa de la deformación del estrato de apoyo de la cimentación.

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Detalle de la fachada principal. Se aprecia ligeramente el desplome respecto a la vertical (aunque en directo es aún más evidente)

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Vista de la nave norte

La estructura está formada por muros y arcos, todos ellos de fábrica cerámica al exterior. Es de suponer que se trata de muros de tres hojas, dos exteriores de fábrica de ladrillo y un relleno interior de cal y canto.

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Detalle de la estructura del ábside

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Detalle del muro de la nave norte y acceso a la cripta

El interior se divide en tres naves separadas por dos líneas de arcos de medio punto, que se desarrollaron a partir de la parte más antigua de la iglesia: el ábside. En ambas columnatas, apoyadas en grandes pilastras de fábrica, se intercalan dos columnas de piedras con capiteles bizantinos.

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Vista de la columnata de la nave norte

En un principio las naves debieron estar cubiertas por una estructura de madera, hasta que en el siglo XIV se construyeron las bóvedas de crucería existentes hoy en día. El mayor peso de las mismas llevó a su vez a ejecutar, posteriormente, un sistema de atirantado de los arcos de medio punto. Este sistema se ha seguido manteniendo y, actualmente, el edificio cuenta con un sistema de instrumentación de movimientos e inclinómetros.

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Bóvedas de la nave central

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Sistema de atirantado de los arcos formeros de medio punto

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Blenheim Palace y el jardín inglés

Hoy, gracias a un artículo publicado en El País y a mis amigos de Licencia Histórica, he rememorado el viaje que hice ya hace cuatro años a Oxford y a Blenheim Palace.

El artículo tiene el interés justo pero al leerlo (en diagonal, todo hay que decirlo) me han surgido dos preguntas: ¿Qué pinta en la lista la Fallingwater House? y ¿Porqué no está Blenheim Palace?. También me he acordado de la visita a Villa D’Este, en Tívoli, pero eso fue en el lejano pasado del 2003. Si viajáis a Roma con tiempo suficiente, recomiendo una excursión de un día a Tívoli, para visitar Villa Adriana y Villa D’Este.

Volviendo al tema, para paliar esa importante ausencia, os muestro a continuación un recorrido por el exterior del Edificio. En el interior no dejaban hacer fotos y sólo era accesible una parte del mismo en la cual había una exposición sobre Winston Churchill, que nació allí.

El palacio se construye para el Duque de Marlborough como premio por su victoria en la Batalla de Blenheim de 1704 frente a Luis XIV de Francia. Se comenzó a edificar al año siguiente bajo las ordenes de John Vanbrugh, con la colaboración de Nicholas Hawksmoor, que a su vez trabajó con Christopher Wren.

La principal virtud del conjunto es su colocación dentro de un paisaje. Está situado en el borde noroeste de una pequeña meseta, sobre un lago, de forma que en la vista desde el mismo sus torres se recortan sobre el cielo. La ubicación y las intervenciones en el paisaje son tan sutiles que parecen no existir, buscando una relación con la naturaleza que no parta del dominio, sino de la búsqueda del genius loci.

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Vista desde Blenheim Palace del puente sobre el lago y de la Columna de la Victoria

Aunque se trata de una residencia, su principal función es la de monumento militar y este carácter se aprecia en la contundencia del gran bloque principal, en el que se sitúan los espacios más importantes, salones y habitaciones, flanqueado por cuatro torres. El palacio (aunque tiene más carácter de castillo) se compone de ese bloque central y dos alas que se abren hacia el noroeste y en las que se encuentran las caballerizas y las estancias de servicio (ahora la tienda). En el centro se forma un patio, a modo de cour d’honneur, que a su vez configura la plataforma desde la cual se domina la campiña, el lago y, alineada con la geometría del palacio, la gran Columna de la Victoria.

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Cour d’honneur de Blenheim Palace

A partir de estos edificios principales se extienden sobre la meseta otros edificios subsidiarios que en ciertos puntos descienden hacia el río adaptándose a la pendiente.

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Ala suroeste de Blenheim Palace

El edificio es de estilo barroco y, reflejando la severidad militar propia de su carácter, se diferencia del barroco continental en su austeridad. A pesar de ello, en la fachada suroeste, el gran pórtico, la masividad de las torres y la ornamentación de las columnatas y las ventanas refuerzan la sensación de encontrarnos ante un edificio de marcado carácter militar.

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Fachadas suroeste y sureste, abriéndose al Jardín Italiano

Por otro lado, la fachada sureste es mucho más comedida, respetuosa con la naturaleza, que en este punto se convierte en la protagonista del conjunto. El edificio, a pesar de sus grandes dimensiones parece posarse sobre la pradera y, alrededor de ésta, se configura el resto del jardín.

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Blenheim Palace desde la pradera sur

El jardín fue diseñado por Lancelot «Capability» Brown, en torno a 1764, y se trata de uno de los mejores ejemplos del jardín inglés. Aunque la voluntad es que no exista una geometría rígida para asemejarse a la naturaleza, se trata siempre de una naturaleza domesticada, ya que nada es casual, todo está perfectamente pensado. Se puede considerar este jardín como un elemento arquitectónico en el que no es necesaria la arquitectura y cuyos elementos son los árboles, las praderas, los caminos o el agua.

Se trata de un jardín para pasearlo, que utiliza la perspectiva configurada por los propios elementos naturales para sorprender. A continuación incluyo algunas fotos de mi paseo. No es lo mismo, lo sé, pero que sirva como aliciente para ir a visitarlo.

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Hay muchas más fotos. Algunas de ellas las he colgado, así que si queréis verlas sólo tenéis que entrar en mi «álbum Flickr», al cual se puede acceder desde este mismo blog (columna de la derecha).

* Todas las fotografías son obra del autor. En el caso de que alguien las quiera utilizar, adelante. Se agradecería en cualquier caso que se avisara con anterioridad y se nombrara al autor. Gracias.